La “Casa Jujuy” es un inmueble ubicado en el tradicional barrio de Pichincha. Barrio de casas bajas de uno o dos niveles, edificaciones continuas, donde funcionaban a principios del Siglo XX numerosos conventillos y prostíbulos, organizados en torno a la estación Rosario Norte.
Los primero planos del inmueble están fechados en 1904, cuando la ciudad era otra y sus habitantes también.
Desarrollada la reforma por el Estudio Deak en el año 2013, originalmente estaba construida con la tipología de la casa chorizo (Llevan el nombre de casa chorizo, las construcciones de habitaciones iguales en una misma casa a lo largo de un punto longitudinal – galería o patio). La casa fue modificada mayormente en su interior y ampliada con dos nuevos niveles: un entrepiso y un techado sobre un sector de la terraza, adaptándose, de esta manera, a la vida doméstica contemporánea.
La casa originalmente estaba compuesta por un zaguán, una habitación mínima a la derecha del ingreso, y tres habitaciones corridas a la izquierda del mismo, todas comunicadas entre sí por puertas dobles de madera. A la cocina y al baño se accedía desde el patio y todas las habitaciones ventilaban e iluminaban allí (este será un punto clave en la reforma futura).
La orientación Sur-Norte hizo que dicho patio se transformara en un punto indispensable para permitir el paso de la luz solar hacia el interior de la vivienda. ¿Cómo se logró esto? Se realizó una importante demolición en el muro norte lindero con el patio, que se sustituyó por un interesante cribado de ladrillos vistos, que busca reinterpretar de una nueva y novedosa manera en su función y estructura a las viejas mamparas de hierro que eran tan habituales en estas construcciones.
La acción que generó demoler y darle otra manera de construir los muros fue básicamente la llave para ampliar los espacios y dar origen a la “mampara” de mampuestos; que es -junto con el patio- el corazón de la casa. Esta pantalla orientada al norte la cual describimos más arriba, vincula el patio con la cocina comedor, que a su vez está unida al estar y al entrepiso. Esa gran intervención y reconfiguración de un muro es lo que permite generar “el corazón de la vivienda”.
El ladrillo, la madera, la chapa y la luz son los materiales con los que se arma esta obra.
En cuanto a las modificaciones de esta interesante vivienda podemos destacar:
– En PB se mantuvo solo la habitación que da al fondo del terreno y que ocupa el matrimonio y se derribaron los muros de las restantes. Además, se incorporó un baño en el interior sumado al que posee al final del patio; ya que una de las características de las viviendas chorizo era que tanto baño y cocina se ubicaban en el fondo del lote por cuestiones higiénicas.
– Posteriormente se incorporó una habitación para el hijo del matrimonio pero con una especie de paneles livianos como muros y sin respetar la ortogonalidad.
– Tanto el formato del baño y la vivienda posterior son las que en cierto modo condicionan esa ruptura tanto en la escalera de acceso al entrepiso como al entrepiso mismo. Es cuanto a la materialidad de los mismos tienen como característica innovadora y positiva que muchos de los materiales que los componen son reciclados de diferentes obras, demoliciones, construcciones, etc (perfiles que dan sostén al entrepiso; madera de Pinotea para los pisos reciclada de una demolición; armadura de hierro que sostiene uno de los perfiles del entrepiso en su extremo y, a su vez, se “ancla” a otro perfil que se encuentra en el techo como sostén de este espacio intermedio; maderas recicladas usadas como estantes para libros en diferentes alturas y sostenidas de piso a techo del entrepiso por hierros de obra, etc.
– Cabe recalcar que la demolición de los muros de ciertas habitaciones no fue gratuito, ya que eso conlleva a solucionar estructuralmente dicha carencia. Para eso en el gran ventanal que ilumina desde el patio el corazón de la vivienda se colocaron perfiles para darle rigidez, y además se adoptaron columnas dobles armadas con perfiles C junto a la escalera de acceso al entrepiso.
Además de dichas reformas se amplió la vivienda en unos 40m2 en la azotea con un sistema de construcción en seco. Se realizó una apertura de la loza en bovedillas (sistema constructivo utilizado tradicionalmente para las casas chorizo) para permitir el acceso a través de la escalera que vincula el antes descripto entrepiso con la parte superior.
– El techo de la planta alta que a su vez actúa de fachada (ver foto) está formado en gran parte de chapa y en el sector de la escalera de acceso el material elegido es policarbonato de manera que actúa como lucernario.
– Como último detalle quiero destacar la conservación de las puertas originales de ingreso (la de entrada propiamente a la vivienda y una segunda que sirve de “muro” y nos lleva indefectiblemente a ingresar al corazón de la vivienda por la izquierda. La puerta principal si bien a la vista es de 2 hojas, las mismas están unidas, convirtiéndose en un gran portal el cual abre en un solo sentido.
Como conclusión, mediante la iniciativa de la organización OpenHouse, la cual permite en un fin de semana al año abrir al público edificios históricos, públicos como privados y viviendas de alto valor arquitectónico; tuve el privilegio de conocer esta vivienda que por su simpleza no deja de ser una obra de alto valor, donde se combina el ingenio, la lógica, la innovación, la experimentación y el concepto de reutilizar materiales.
FUENTE: Juan Ignacio Vallet – diariotintanova.com