Calles adoquinadas, casas bajas, arboleda añeja. Villa Devoto tiene sobrenombre: “El jardín de la Ciudad”. En el entramado de sus manzanas conviven antiguos caserones, viviendas unifamiliares y edificios de dos y tres pisos. Shopping, plazas y bulevares. Además una cárcel. Una construcción que irrumpe en el tejido urbano y que durante 2021 se llevó puesta una nueva promesa de relocalización.
Además de todo esto tiene un par de construcciones históricas vinculadas a la fundación y el desarrollo de un barrio que primero fue un pueblo, hasta luego convertirse en parte de la Ciudad de Buenos Aires. Una de esas construcciones se encuentra en riesgo: la casona de Francisco Beiró.
Un hilo de Twitter publicado por la cuenta @bsasperdida viralizó su estado y los vecinos tomaron dimensión de lo que podría significar su pérdida.
Francisco Beiró fue un histórico dirigente de la Unión Cívica Radical, partido del que fue presidente. Fue diputado y se desempeñó como ministro del Interior durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen. Cuando el caudillo radical se volvió a postular para presidente, Beiró lo acompañó como vice. La fórmula ganó las elecciones pero Beiró no pudo asumir porque falleció antes, muy joven, a los 51 años.
El dirigente vivía en la esquina de Marcos Paz y José Luis Cantilo, en una casona de planta baja cuyo terreno original ocupaba un cuarto de manzana y poseía una enorme arboleda.
Hoy subsisten siete palmeras y un gomero, que ya deja ver sus raíces expuestas. Un sendero recorre su perímetro y un auto viejo se corroe a la intemperie. Desde la vereda se adivina un patio convertido en una selva, debido al descuido y a la falta de mantenimiento.
Se puede ver también el deterioro de las figuras decorativas de la fachada; aparecen los hierros oxidados que hinchan la mampostería y la desprenden. Hay rajaduras en las paredes y los vidrios, incluso en los de un importante vitral, que están destrozados.
En 2008, la casona de Beiró fue catalogada con Nivel de Protección Estructural. ¿Qué significa? Según detalla el Código de Planeamiento Urbano, que debe mantenerse el exterior del edificio, la tipología, los elementos básicos que definen su forma de articulación y ocupación del espacio, permitiendo modificaciones interiores que no alteren su volumen.
Un video realizado en 2020 que circula por Youtube (del usuario Urbex Jahman), muestra el interior de la casa. Se ve incluso peor que el exterior, lo que indica un abandono que parece irreversible.
Justamente en 2020, los diputados de la UCR de la Legislatura porteña presentaron un proyecto de ley para declarar la casona de utilidad pública y sujeta a expropiación: “Este año pierde estado parlamentario. Estamos en un momento complejo a nivel de los recursos del Estado, pero volveremos a presentar el proyecto”, le explica a Clarín el legislador Martín Ocampo.
“La casona tiene un gran valor arquitectónico, pero que suma además el valor histórico. En estas semanas vamos a hacer un trabajo adentro de la Legislatura, charlando con todos los diputados y las diputadas del oficialismo. Además con los nuevos bloques que ingresaron este año. No es una tarea fácil, pero daremos la lucha porque creemos que vale la pena”, admite Ocampo.
Luego de las elecciones de medio término del año pasado, ingresaron a la Legislatura dos bloques que serán un hueso duro de roer con algunas leyes que contemplan términos como “expropiar”: Republicanos Unidos (con dos legisladores) y La Libertad Avanza (5 bancas). De todas formas, la clave sigue siendo convencer al oficialismo, con 20 bancas, y a sus aliados.
Según el proyecto de ley, la idea es que se transforme en un centro cultural y artístico, y que pueda ser utilizado por la Comuna 11. También que sirva también para reivindicar la figura de un político que acompañó un momento de transformación del país, que trabajó para revalorizar el barrio y que al momento de su muerte contaba solamente con un bien: esta, su casona de la esquina de Marcos Paz y José Luis Cantilo.
Marta Liotto es una vecina muy reconocida en Villa Devoto. Es propietaria de una inmobiliaria, presidenta del Cucicba (Colegio Unico de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires), militante radical y dirigente barrial. “Llegué a conocer a los descendientes de Francisco Beiró. Lamentablemente las nietas quedaron solas siendo muy jóvenes. Vendieron la propiedad a un precio irrisorio, no solo por la cantidad de metros y la ubicación, sino obviamente por el valor histórico”, revela.
Liotto evalúa que el abandono de la casa es intencional: “No tiene lógica lo que sucede. Hace años que no recibe mantenimiento. Hay una red vecinal atenta para hacer lo mínimo, que es estar alerta por posibles usurpaciones”, cuenta.
Como ocurre en muchos otros barrios de la Ciudad, en Devoto hay un proceso de transformación que se puede ver casi en cada cuadra. Viviendas unifamiliares que se venden, se demuelen y en esos terrenos se construyen edificios de tres o cuatro pisos. Los vecinos advierten estos cambios y coinciden al entender que el abandono es una maniobra.
En la zona todos dicen saber quien es el propietario de la casona Beiró. Clarín intentó hablar con él, un desarrollador que trabaja en el barrio desde hace más de 50 años, pero este se negó a hacer declaraciones. Tampoco confirmó ni negó ser el dueño del inmueble.
“Demolición inducida”, concluyen desde la organización Basta de Demoler. “Lo vemos de manera permanente, en muchos barrios de la Ciudad -dicen-. Son joyas patrimoniales que están en los entramados barriales y se pierden, desaparecen. Son reemplazadas por edificaciones de baja calidad. Los vecinos están pidiendo ser escuchados por los funcionarios”.
FUENTE: Silvia Gómez – www.clarin.com