Cuando los propietarios y profesionales quieren demoler o intervenir una propiedad que está declarada patrimonio histórico, deben concurrir a la oficina que tiene el municipio para recibir las inquietudes e intentar encuadrar un proyecto revisando cada caso. Al respecto, la concejala de Iniciativa Popular María Fernanda Gigliani advirtió que no hay registro de los inmuebles que están en un estado ruinoso, “pero cuando uno transita la ciudad puede ver inmuebles de valor patrimonial en estado de abandono, con una clara decisión de generarle intencionadamente condiciones para declararlo en ruinas y avanzar en su demolición”. Un claro ejemplo de esto es el inmueble que está en avenida Belgrano, entre Sargento Cabral y San Martín, donde hubo varios boliches bailables, como Elefante Blanco.
“A veces los inmuebles están en mal estado, porque no se ha abordado la rehabilitación en mucho tiempo, pero tampoco es factible la declaración de ruina, ya que tampoco están tan mal. Es un camino difícil porque debe ser declarado por la Universidad Nacional de Rosario, los propietarios no reciben apoyo de esta área para pedir la descatalogación”, recoge el guante Silvia Longo, del programa de Preservación, en un intento por despejar dudas. Lo que sí sucede es que se pueda disminuir el grado de protección, para permitir las intervenciones. “Nunca ha sucedido una liberación total”, refieren desde el Programa.
Sin embargo, aclaran que “a veces se trata de inmuebles con terrenos pequeños, que no tienen tanta posibilidad de darle valor, pero presentan condiciones para una ampliación ante la vacancia del lote”, es decir, para tumbar todo y construir un edificio. El argumento es que se evalúa cada situación por separado y en su contexto. “A veces ni siquiera se trata de especulación inmobiliaria, sino que ese patrimonio se ponga en un circuito productivo”, sostiene Longo. Para ello, hay convenios de trabajo en consenso entre propietarios y municipio con la premisa de rehabilitar edificios, incluso contando con un programa de subsidios que se hace cargo de la mitad del costo para mejorar las fachadas.
Gigliani acepta que “hay casos y casos, ya que los profesionales comentan lo dificultoso que es avanzar en la obtención de permisos de edificación y refacción en inmuebles de protección patrimonial por los requisitos que se solicitan y lo traumático de las tramitaciones”.
“En el mundo existen numerosas normativas que tienen como objetivo compensar a los propietarios de inmuebles que sean declarados de patrimonio, ya que sufren limitaciones en la disposición comercial del mismo o una disminución de su valor de mercado”, dice. Pero hoy la Municipalidad no tiene habilitados mecanismos de este tipo.
FUENTE: www.lacapital.com.ar