La semana pasada, agentes del gobierno porteño aparecieron con topadoras para concretar el desalojo de la Huerta de Garay (también conocida como la Huerta de Obligado), situada en la Av Juan de Garay al 2200, en el barrio de Parque Patricios. Como adelantó Tiempo, las y los vecinos resistieron y lograron frenar momentáneamente el desmantelamiento. Paralelamente, presentaron una medida precautelar y la justicia determinó que la Ciudad no podrá desmantelar ese espacio de formación.
El Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 18 de CABA ordenó al Gobierno de la Ciudad que, “en el plazo de 10 días”, remita al tribunal “la totalidad de los expedientes administrativos labrados con relación a la huerta orgánica, tanto en relación al acta labrada con fecha 6 de agosto de 2024 como los pedidos de permiso de uso del espacio público que ocupa”. Asimismo, sentenció que el GCBA “se abstenga de desalojar la huerta, hasta tanto se remitan las actuaciones administrativas requeridas y el tribunal resuelva acerca de la procedencia de la medida cautelar”, dicta el fallo.
“Esto lo comencé en el Ministerio Público de la Defensa de CABA y por suerte me tomaron el reclamo y de ahí me lo pasaron a la Defensoría. Para hacer que se respete la Ley 6377 de promoción y difusión de las prácticas de agricultura urbana, que se permite que en espacios públicos se realicen huertas”, contó a Tiempo Nelly Santamaría, titular de la Huerta orgánica.
La Ley fue sancionada en marzo de 2020 y habilita la instalación de estos espacios en terrenos públicos, bajo de denominación de “Huerta pública-comunitaria” que, según define la letra de la Ley, es una “huerta urbana desarrollada en terrenos de dominio público o privado del estado, con un fin socio-ambiental e impacto positivo en la comunidad”.
De esta manera, la huerta orgánica de Obligado podrá continuar con su agenda de formación y cursos que brinda a la sociedad y a miles de estudiantes desde hace más de 30 años. “Por suerte, podemos seguir. Tengo como 10 colegios acá con las fechas programadas para las próximas semanas. Yo les preparo souvenir a los chicos que vienen, aprenden y la pasan bien. Cada uno se lleva sus plantines”, explica Santamaría.
El GCBA no sólo deberá permitir el curso actual de la huerta sino que, de acuerdo a la Ley 6377, además debería “elaborar campañas de difusión para promocionar los beneficios que brinda el desarrollo de la actividad de agricultura urbana con prácticas agroecológicas; brindar soporte técnico para su práctica sostenida; celebrar convenios con organismos nacionales e internacionales, universidades, entidades académicas y técnicas, centros de investigación públicos y privados con antecedentes científicos o trayectoria en la materia, en el sector privado, organizaciones no gubernamentales, asociaciones civiles, personas humanas o grupos de personas humanas cuya actividad no tenga fines de lucro; fomentar instancias de capacitación y talleres dirigidos a quienes desarrollen o tengan intención de desarrollar huertas urbanas; etc”.
¿Por qué querían desmantelar la huerta?
Tiempo se puso en contacto con la Presidenta de la Comuna 4, Silvia Millara, para indagar sobre esta situación. La funcionaria del PRO manifestó: «En primer lugar, me gustaría aclarar que no resulta competencia de la comuna la gestión u otorgamiento para el uso del espacio público, resultando competencia del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de Ciudad. Sin embargo, y a partir de la política de cercanía con el vecino que llevamos a cabo desde la comuna, me encuentro interiorizada con el tema por haber tenido contacto con la Sra. Santamaría desde el inicio de gestión, en diciembre pasado».
Para Millara, que milita desde hace varios años en la UCR, la titular de la Huerta «en todo momento, manifestó ser consciente de que había cuestiones legales y prácticas que tenían que regularizarse». Por último, señaló que el martes respondió «un oficio al Ministerio Público de la Defensa sobre el tema de la huerta orgánica y, en el mismo, dejé en claro mi reconocimiento al aporte que hace a la comunidad el emprendimiento de la huerta».
Desde otros sectores, analizan que, es muy probable que detrás del desmantelamiento de la huerta que la Ciudad quiere llevar adelante, se esconde otro negocio entre privados. No sería la primera vez que el GCBA pretenda parcelar un espacio público y cederlo a afirmas del sector privado. Un ejemplo concreto se encuentra a unas 15 cuadras de ese lugar: el Parque Uriburu. Allí, la Ciudad, desde hace varios años, cedió a la empresa Techint un gran sector de ese espacio verde que es utilizado como un depósito a cielo abierto.
FUENTE: Martín Suárez – www.tiempoar.com.ar