Ya no es novedad que el diseño de la oficina cobró un rol clave tras las enseñanzas que dejó la pandemia. En ese sentido, la flexibilidad y la resiliencia, son mandatos que los arquitectos linkean al nuevo concepto de moda: la hibridez.
Siguiendo estas premisas, cuatro estudios de la Argentina participaron de Work Better Design Contest, un certamen en el que se le invitó a arquitectos latinoamericanos a presentar el diseño de un espacio de trabajo conceptual. Así las cosas, los estudios argentinos Intro Arquitectura; Rubinat Arquitectura; DKA Arquitectura y Urgell Penedo Urgell presentaron sus propuestas de cómo vislumbran el futuro de la oficina a mediano plazo. A continuación, los detalles de las tres propuestas:
“Del home office al office home”
Alejandro de Bernardis, gerente general DKA Arquitectura propuso “Del home office al office home”. El trabajo ahondó en el cambio conceptual de lo que significa “trabajar mejor”, una idea que venía gestándose ya en la última década en las empresas. El trabajo inteligente/flexible y la creciente demanda de equilibrio entre la vida profesional y personal con la satisfacción en el trabajo son los factores que vienen impulsando este cambio. Uno de los pocos efectos positivos de la pandemia fue justamente acelerar ese proceso.
“De alguna manera, la “democratización” de la oficina tiene más que ver con la combinación del concepto político de eliminación de privilegios jerárquicos, con la incorporación creciente de la tecnología, que expuso la sensación de oficina vacía que produce la existencia de despachos privados y puestos de trabajo nominados. Ahí es donde radica el cambio principal, donde un uso más flexible del espacio da como como resultado un ahorro en metros cuadrados de alfombra. Este ahorro que no significa mayor densidad sino todo lo contrario: lograr un mejor aprovechamiento de la superficie en función del análisis del tiempo real que se pasa en la oficina. Luego, por supuesto, la inversión en generar un lugar de trabajo agradable para transformar el home office en office home.
Sobre estas directrices trabajamos nuestras propuestas. El cambio conceptual y el diseño de espacios funcionales con una estética confortable que redunde en generar un buen clima laboral y, sobre todo, ganas de ir a la oficina a trabajar de manera presencial”, relata el arquitecto. Por otra parte, aclara que “la oficina a mediano plazo comenzará a generalizar estas características: la eliminación del despacho privado como distintivo de rango; la libre elección del lugar físico en donde se quiere trabajar; las múltiples opciones de espacios de reunión con condiciones de acústica adecuadas para cuando se necesita privacidad; el equilibrio de áreas con la incorporación de sectores colaborativos de uso flexible; y la suma de espacios dirigidos al bienestar o wellness.
Todas estas características más la utilización indispensable de la tecnología, la incorporación de materiales nuevos, el cuidado de la estética y la búsqueda de sensaciones de bienestar están presentes en nuestros diseños. Transformar el ir al trabajo en una experiencia laboral flexible e inclusiva (en el sentido completo de la palabra). En otras palabras, transformar a la oficina en un espacio para ser vivido”.
Un espacio plug & play
La propuesta de Pablo Casetta, gerente general de Rubinat Arquitectura plantea que el lugar de trabajo históricamente siempre se organizó alrededor de las mejores tecnologías del momento para hacer más y más rápido, de mejor calidad y de manera más simple, segura y cómoda. El molino, la fábrica, la primera computadora grande como una habitación, la primer pc, han sido adelantos del lugar de trabajo, porque las empresas (entendidas como la suma de las voluntades de la comunidad para hacer algo) siempre son pioneras en desarrollar nuevas tecnologías, por recursos, por competitividad, por el ejercicio constante de la investigación y el desarrollo.
En ese sentido, el arquitecto reflexiona que “trabajar mejor en esta tercera década del siglo XXI significa tener un espacio de trabajo que reúna para nuestro uso las mejores tecnologías disponibles, para hacer nuestras tareas con bienestar y con la mayor sencillez posible”. Por eso, sus propuestas buscan generar un entorno capaz de adaptarse rápidamente a las necesidades cambiantes de las empresas; diseñamos para contener las diferentes etapas del proceso de trabajo actual, es decir, sitios reconfigurables, capaces de adaptarse on demand a las distintas actividades, con infraestructuras robustas y equipamiento móvil que brinda máxima flexibilidad y mínimas restricciones.
“El resultado es un espacio de trabajo plug & play, que permite interactuar de forma intuitiva con la arquitectura, el mobiliario y sus funciones con la misma naturalidad con la que utilizamos los dispositivos que dan soporte a la transformación digital de nuestras empresas. Así, se pasa de la arquitectura como facilitador de actividades, al diseño que facilita cualquier actividad”, analiza y agrega que en el mediano plazo se va a generalizar, también en los espacios de trabajo, el uso de las tecnologías de la Internet 3.0, generando un espacio paralelo digital para cada uno de nosotros, sobrepuesto al mundo físico, donde podremos aprovechar de igual forma el soporte de realidad aumentada y las herramientas de la Inteligencia artificial tanto como las infraestructuras.
“En el proyecto, reforzamos la importancia del concepto Here can be anywere”, recuperando digitalmente el sentido de pertenencia a una comunidad o una empresa. Destacamos la idea de pensarnos a nosotros mismos y a los equipos que integran cada empresa, como un todo. Para ello, se propuso un sistema innovador de pantallas de piso a techo, transparentes, que permite que se proyecten los colaboradores en forma de hologramas, generando la realidad digital de aquello que llamábamos un día normal de oficina, todos presentes, viéndonos y deteniéndonos a saludarnos o a conversar. Creando experiencias inclusivas para las personas remotas, idénticas a las físicamente presentes”, relata.
El estudio también diseñó la oficina en anillos concéntricos, que unen e integran. Cada parte de los anillos representa un espacio social, colaborativo, individual y de capacitación y con la infraestructura tecnológica cumpliendo un papel fundamental y asegurando la conectividad desde cualquier punto de las oficinas y la posibilidad de generar infinitas configuraciones para el espacio de trabajo físico y digital.
El equilibrio justo
Andrea López y Juan Urgell, socia y titular de Estudio Urgell-Penedo-Urgell plantearon, por su parte, un espacio con un “modelo híbrido pero equilibrado”
La interpretación de los especialistas es que los cambios sociales que se ven en la tercera década del siglo XXI no son experiencias de moda sino que representan nuevos modos de pensar que, a la vez, darán forma a las expectativas de las organizaciones los próximos años. “Entendemos que todavía no se ha finalizado el proceso de la pandemia. Hasta hoy, no hay una regla, aunque se vislumbra un cambio ya que el home office nos ha enseñado a trabajar de manera distinta”, aclaran y agregan como la “característica más sobresaliente del trabajo de investigación y relevamiento es que las personas se preocupan de cómo emplean su tiempo, buscando calidad de vida, mientras las empresas requieren calidad y eficiencia de la producción.
A la hora de describir la propuesta, explican que tuvo como eje los conceptos de equilibrio, armonía y calidad espacial; las operaciones de continuidad y flexibilidad, además de integrar, vincular y sumar el afuera al interior. Todos estos fueron los conceptos de partida en la búsqueda de lograr la interacción como principio para mejorar el bienestar, el vínculo interpersonal y la pertenencia, sin perder el eje de la productividad.
El desafío es que si bien algunas organizaciones han experimentado aumentos de productividad durante la pandemia al permitir que los empleados trabajen de forma remota, la realidad es que adoptar un modelo híbrido más equilibrado manteniendo los beneficios del trabajo remoto pero gestionando las expectativas de los empleados que expresan su preocupación por el trabajo a distancia y siempre conectados a largo plazo, y por la sensación de “incertidumbre”, no es tarea sencilla.
“Lograr un equilibrio entre los modelos de trabajo desde casa y desde la oficina es el objetivo para diferenciar a la empresa y generar valor para sus empleados, respaldado por una infraestructura digital adecuada que permita un trabajo digital fluido y la eficiencia de los empleados.
“La tarea para las organizaciones es la de cuestionarse las estructuras existentes, reinventar la eficacia de los modelos operativos y demoler los tradicionales límites, construyendo comunidad y fomentando el sentido de pertenencia. Por todo esto buscamos que nuestras propuestas contemplen esta transformación en búsqueda de crear espacios que sirvan de marco y contención y, además, empleando herramientas como el BIM (Building Information Modeling), metodología que permite crear simulaciones digitales de diseño, manejando coordinadamente toda la información que conlleva un proyecto de arquitectura, que sirva a las empresas para su gestión y su administración”, relatan.
En constante cambio
“La única constante es el cambio”. Así bautizó su trabajo, Miguel Grehan, titular de Intro Arquitectura. El especialista afirma que para él trabajar mejor significa que los colaboradores tengan las condiciones óptimas tanto psíquicas como físicas para desarrollar su tarea, estén donde estén. Siempre proponemos hacer un trabajo de change management, así nuestra propuesta puede estar bien enfocada a las necesidades de cada empresa en particular. En este sentido afirma que sus proyectos están basados en wellness, un concepto que busca que los trabajadores obtengan el bienestar integral para hacer sus actividades.
“En lo referido al concurso, que invita a explorar la oficina conceptual, nos inspiramos en la naturaleza, de ahí que no hayamos trabajado con formas rectas, en un intento de copiarla. Así, la propuesta descansa en abordar la naturaleza; usuarios que se apropien del lugar y lo reconfiguren las veces que lo necesiten. Nuestro desafío, en esencia, es lograr que el usuario lo intervenga y lo haga propio”, explica el arquitecto y agrega que de alguna manera, eso sucede con la flexibilidad. “No siempre hacemos lo mismo en la oficina; a veces, necesitamos relajación, otras, sociabilización, y otras, concentración. Con esta idea, descartamos la tabiquería cerrada, logrando interacción y cambiando la configuración día a día. El futuro lo vemos muy prometedor a mediano plazo, porque hoy hay mucha exploración en cuanto al diseño corporativo y por lo general es una industria que se adapta rápido a los cambios de la mano del bienestar de las personas como camino inicial, hay que trabajar con la tecnología que acompaña a las variables permanentes que afrontamos. En concreto, la única constante es el cambio”, finaliza.
FUENTE: Victoria Aranda – www.lanacion.com.ar