Ir en bicicleta es una de las formas más ecológicas de viajar, pero todavía lo es más en este caso. Imagina que el carril por el que circulas se ilumina como si fuera por arte de magia o salido de algún efecto digital de Photoshop. Pero, además, resulta que la energía necesaria para que el suelo se encienda bajo las ruedas se obtiene directamente de la luz solar.
El carril está localizado en Lidzbark Warinski, en Polonia, y se ha fabricado utilizando un material sintético que se carga durante el día absorbiendo la luz solar. Una carga diurna ofrece la energía suficiente como para que el suelo se ilumine durante nueve o diez horas por la noche. Digo yo que ya podrían aplicarlo a carreteras y autopistas y a zonas peatonales, imagina dar un paseo caminando sobre esta maravilla!
FUENTE: marcianos.com