En la hectárea y media delimitada por las calles Concepción Arenal, Enrique Martínez, Conde y la avenida Dorrego, en Colegiales, comenzó a materializarse el resultado de una lucha vecinal que se sostuvo por más de diez años: convertir a ese predio en un espacio verde y público para el disfrute del barrio. Abrazos simbólicos, festivales, recursos de amparo, audiencias públicas y, finalmente, una ley de por medio, la mentada Plaza Clemente va tomando forma bajo los atentos ojos de quienes bregaron por ella.
“Se ve que están trabajando activamente. Por lo que se hizo hasta ahora, no es posible saber si están cumpliendo con lo que propusimos para la plaza, habrá que esperar. Lo que sí sabemos de antemano es que la proporción de 80% verde y 20% cemento que pedimos nosotros no es posible, algo que ya nos habían adelantado desde el Gobierno Porteño, y que finalmente debería quedar en 70/30”, comenta Melisa Brarda, una de las vecinas más involucradas con la plaza.
Desde el Ministerio de Desarrollo Urbano confirman que el espacio estará listo para fines de junio. “La plaza tiene diseño de ‘gota’, lo que genera diferentes espacios comunicados entre sí con diversos usos: lugares de encuentro, mesas comunitarias, observatorio de mariposas, espacios de contemplación y juegos inclusivos. Se acondicionarán las veredas y la calle Conde pasará a tener una sola mano hacia Dorrego y se nivelará, convirtiéndose en una calle de 4 metros de ancho delimitada por bolardos y una velocidad máxima de 20 km/h”, describen.
La plaza incluye 100% de forestación nativa organizada en tres regiones naturales -pastizal, selva marginal y talar- lo que permite cultivar especies que atraigan aves y mariposas. Se armará un circuito educativo para conocer las características de la vegetación, su región de origen y cómo colabora con el equilibrio del ecosistema.
La accesibilidad será otro de los aspectos característicos, con rampas para personas con dificultades de movilidad, y una señalética ideada para brindar información a las personas no videntes. También incorporarán juegos inclusivos.
Por último, sobre la vereda de Conde se colocará una línea de tiempo con los hitos barriales más importantes elegidos por los vecinos. Su diseño emulará las vías de tren, como homenaje a la historia ferroviaria de Colegiales. En los muros que dan a la misma calle se hará una intervención con murales conmemorativos de Caloi y al personaje Clemente. “Se conectará con la ya existente Plaza Mafalda, generando un corredor verde de 1.6 hectáreas. Conde funcionará como calle de convivencia”, sintetiza Álvaro García Resta, subsecretario de Proyectos.
Las máquinas, los movimientos de tierra y los primeros trazos del diseño que corrió por cuenta de la Ciudad (no así los usos, que fueron definidos por los vecinos) pueden observarse desde los alrededores. Gustavo Beade, otro activo propulsor del proyecto, tiene una privilegiada vista en altura desde su casa. “Se está haciendo día a día, también los sábados e incluso algún feriado también. Conde está prácticamente peatonalizada, sólo dejaron espacio para un auto por vez y no hay manera de que estacionen. También se amplió la vereda de Enrique Martínez unos dos metros, lo que se deduce en más espacio verde”, describe con detalle.
De esa flora formará parte la hilera de álamos que hasta el momento representa la única vegetación sobre el predio, y que soportó estoica los años de reclamos que el barrio se puso sobre sus espaldas. Usurpado durante 13 años por Canal 9, que instaló allí sus talleres, en 2004 el baldío fue restituido al Gobierno de la Ciudad tras un largo reclamo. En 2006 se cedió al Mercado de Pulgas para que los puestos se ubicaran allí durante su remodelación. A fines de 2007 salió la ley que declaró al predio como Urbanización Parque (UP).
Pero no todo es tan auspicioso ni avanza sobre rieles como la Plaza Clemente. El entusiasmo y el sentimiento de misión cumplida que experimentan los vecinos por esta victoria, sobre lo que iba a ser un shopping a cielo abierto con un estacionamiento subterráneo, se opaca un poco al pensar en la porción de terreno que se extiende entre la fachada del Mercado de Pulgas y Concepción Arenal.
Sucede que la misma ley para crear la Plaza Clemente estipulaba también la intervención del predio al que los frentistas buscan nombrar como “Plaza Biro”, en homenaje al inventor húngaro Ladislao Biro, quien vivió en Colegiales desde su llegada a la Argentina en 1940.
Dicha normativa, la N° 6.010, fue promulgada el 3 de octubre de 2018 y publicada en el Boletín Oficial cinco días después. En su 10° artículo insta al Ejecutivo de la Ciudad a “iniciar las obras de construcción y equipamiento de la parcela destinada a espacio verde denominado “Clemente“, y del espacio verde al que se refiere el artículo 5° de la presente ley (…)”. Ese espacio no es otro que el lindero al Mercado de Pulgas.
“La Biro es una promesa del Gobierno de la Ciudad desde 2012, el propio Diego Santilli (vicejefe porteño) lo dijo. Es una ley que vino del oficialismo, y entonces con más razón debe ser cumplida. Pero hasta ahora lo único que respondieron es que “está en carpeta”. ¿Eso qué significa?”, interroga Beade, con un planteo que se cuela entre la satisfacción por la puesta en marcha de la Plaza Clemente.
FUENTE: Verónica Frittaoni – www.clarin.com