Esta semana Subterráneos de Buenos Aires S.E. (SBASE), la empresa estatal de la Ciudad a cargo de los subtes, publicó en el Boletín Oficial su presupuesto y plan de obras para 2022. Estas se enfocan en el mantenimiento, la adecuación de instalaciones eléctricas y aumentar la cantidad de pasajeros de la red existente. Pero No están previstas obras para su ampliación en el corto plazo.
Con casi 109 años de historia, el subte porteño ya perdió la carrera con el Metrobus, que este año va a cumplir 11. La red subterránea tiene 56,7 kilómetros de extensión y llega a los 62,8 si se suman los túneles de servicio o de acceso a talleres. Pero el Metrobus, que no reemplaza al subte si no que lo complementa, ya lo superó en cobertura: cuenta con 62,5 kilómetros. Y cuando se termine de construir el que irá por las avenidas Directorio y Juan Bautista Alberdi, llegará a 70 kilómetros.
Si se construye la línea F, que tendría 8,6 kilómetros entre Barracas y Palermo por debajo de las avenidas Juan de Garay, Entre Ríos, Callao y Las Heras, el subte llegaría a los 65,3 kilómetros (71,4 km considerando los túneles de servicio). Esta es la única de las tres líneas previstas por la ley 670 de 2001 que se menciona entre los objetivos planteados para 2022 del presupuesto de SBASE.
Pero lo que se menciona es un paso muy previo a la construcción de la línea. El objetivo para este año es “desarrollar la ingeniería para la licitación de la línea F y potenciar el plan de accesibilidad a través de la renovación y ampliación de los medios de elevación de toda la red”, dice textualmente el anexo de la resolución firmada por Horacio Rodríguez Larreta que aprueba el presupuesto. Así, el proyecto a futuro de hacer una línea desde cero se mezcla con la necesidad inmediata de que funcionen las escaleras mecánicas y las estaciones en las líneas ya existentes.
Pero la línea F aún es un plan lejano. En estos días, el Gobierno porteño postergó por decimocuarta vez la licitación para contratar una consultora que ajuste el anteproyecto de SBASE y desarrolle la documentación para licitar la construcción de la nueva línea. Ahora está prevista para mayo. De todos modos, se trata de una instancia muy preliminar, que no significa que la obra se vaya a concretar.
¿Cuáles son los recursos estimados y las tareas que planea SBASE para este año? El presupuesto calcula ingresos corrientes por $23.459.752.134 y gastos ordinarios por $22.955.170.169. Además, estima recursos de capital por $8.553.964.533 y gastos de capital por $9.058.546.498. Los recursos totales ascenderán a $32.013.716.667.
Entre los objetivos planteados por la empresa estatal, además del ya mencionado de preparar el terreno para la futura licitación de la línea F, están “aumentar la oferta de transporte mejorando la red existente”. También “aumentar la cantidad de pasajeros, su confort y seguridad”.
Actualmente, según la Secretaría de Transporte y Obras Públicas, el subte transporta a un promedio de 580 mil usuarios por día, lo que representa un 54% del flujo que había antes de la pandemia.
En materia de obras, se menciona finalizar la adecuación de las instalaciones eléctricas de las líneas C, D y E. También continuar con la instalación de un nuevo sistema de señales en la línea D. Y el Plan de Accesibilidad, Circulación y Evacuación (PACE) Sarmiento etapa III, que es el que seguirá con la transformación del nodo Obelisco, donde combinan las líneas B, C y D.
La obra, que estaría terminada a mediados de 2023, incluye la ampliación del espacio del andén de la estación 9 de Julio y la construcción de un túnel paralelo para realizar el trasbordo entre las líneas B y C. Además, la ampliación de ambos andenes de Diagonal Norte, y la incorporación de un ascensor que vinculará la vereda y el andén a Congreso de Tucumán de la línea D.
En el presupuesto también se menciona el objetivo de mejorar la frecuencia de los trenes. Para esto se están realizando obras en la infraestructura eléctrica y mejoras en cocheras y talleres de las líneas B y E. Además, está previsto llamar a licitación para adquirir 25 nuevas formaciones para la línea B y “finalizar con la incorporación de trenes e incremento de coches en los existentes en la línea E”.
Una de las novedades que se desprenden del presupuesto es que buscan desarrollar una app que brinde información en tiempo real sobre retrasos en el subte, accesos cerrados, funcionamiento de escaleras y/o ascensores y volumen de ocupación de coches.
Mientras tanto, se avanzará con el proyecto de sensorización de las cabeceras del subte, que fue anunciado en abril de 2019, para poder medir la frecuencia de las formaciones en tiempo real.
En cuanto a las estaciones, el presupuesto contempla incorporar un nuevo vestíbulo y ascensores a la estación Plaza de los Virreyes de la línea E y renovar los medios de elevación en la estación Plaza Miserere de la línea A.
Otro de los objetivos que se mencionan en el presupuesto es “administrar el nuevo contrato de operación y mantenimiento del servicio”. Es que desde diciembre tomó la concesión Emova, conformada por la empresa Benito Roggio Transporte y Metrovías (la operadora desde 1994), más el asesoramiento técnico de Deutsche Bahn, la principal operadora ferroviaria de Alemania.
En resumen, la gestión de Horacio Rodríguez Larreta apunta al mantenimiento y mejora de la red existente. Pero mientras se avanza con la extensión del Metrobus del Bajo y se está a punto de empezar la construcción de uno nuevo entre Flores y Mataderos, el subte sigue clavado en sus 56,7 kilómetros.
FUENTE: Nora Sánchez – www.clarin.com