La apertura de sesiones legislativas porteñas ratificó, una vez más, el rumbo de la gestión de Horacio Rodríguez Larreta de los últimos años. Marcada por el trazo fino en el presupuesto y sin grandes erogaciones de partidas para obras faraónicas, la Ciudad encarará 2022 con el mismo pulso que los períodos anteriores: prioridad en sectores específicos, como el espacio público, para transformar ciertas zonas de la Capital.
En esa línea, uno de los anuncios de ayer del jefe de gobierno es el plan denominado Nuevas Calles Verdes, una continuidad del proyecto que se está desarrollando sobre la avenida Honorio Pueyrredón, en Caballito, que poco después de iniciarse se topó con una medida judicial que detuvo el avance de los trabajos. Con esta medida, la administración porteña pretende generar más superficie verde en sectores que lo demandan.
Según pudo averiguar LA NACION luego del mensaje de Rodríguez Larreta, el plan consiste en transformar 12 cuadras de diferentes calles y en distintos barrios, por donde hoy circulan vehículos, en nuevas áreas verdes peatonales. Las arterias cambiarán por completo su funcionalidad: podrían quedar para uso exclusivo de los peatones o también generar un espacio de convivencia con vehículos, readaptando el tránsito de los mismos.
Por el momento no se definieron las calles por intervenir, aunque eso podría confirmarse luego de las reuniones que está realizando el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana en los barrios. Del proceso participativo forman parte vecinos y comerciantes de las zonas detectadas para lograr el mayor consenso posible antes de comenzar la obra. Sin embargo, estos encuentros no descartan conflictos a futuro, como ocurrió en el caso de Honorio Pueyrredón, donde un grupo de residentes rechaza el parque lineal y logró frenar los trabajos.
Más allá de esto, el gobierno porteño se plantea el proyecto Nuevas Calles Verdes como una de sus prioridades aunque no se lleguen a completar las 12 cuadras este año. Perseguirá objetivos precisos: aumentar el espacio verde e incorporar nueva vegetación (pulmón verde), promover una movilidad más sustentable y amigable con el ambiente, mejorar la calidad ambiental, proponer nuevos usos del espacio público y garantizar un espacio de encuentro para la gente.
Según explican desde el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, esta propuesta es parte de las acciones tendientes a mejorar el cuidado del medio ambiente. Buenos Aires integra el grupo C40, fundado en octubre de 2005 por 18 ciudades reunidas en Londres con el propósito de concentrar esfuerzos que ayuden a combatir el cambio climático a nivel mundial y luchar contra el calentamiento global.
“Incorporar más superficie verde y drenante es una manera de acercarnos a nuestro objetivo de ser una ciudad carbono neutral, resiliente e inclusiva, ya que este tipo de superficies permite la absorción de calor, la proliferación de flora y fauna nativa, y la absorción de agua de lluvia para evitar inundaciones. Cada metro cuadrado verde que la ciudad incorpora contribuye a la absorción de carbono, dado que la vegetación ayuda a transformarlo en oxígeno”, informaron. De concretarse, el plan generará 50.000 m².
En esa misma línea, la ciudad incorporó en los últimos años 110 nuevas hectáreas de superficie pública y verde. Además, en Retiro, Once, el microcentro, Tribunales, el Casco Histórico y la avenida Corrientes se aplicó el concepto de supermanzanas para aumentar el espacio destinado a la movilidad sustentable. Dentro de esa estructura de calles, los ejes de circulación secundarios priorizan la circulación a pie, incorporan superficie drenante y se favorece el desarrollo del espacio público útil.
Desde el inicio de la pandemia, Buenos Aires aceleró su proceso descentralizador y adaptó más de 290.000 m² para uso peatonal en el espacio público. Esto equivale a más de 15 veces la superficie de la Plaza de Mayo.
Resistencia en Caballito
Resistido por una parte importante del barrio, el proyecto de Honorio Pueyrredón intenta aportar mayor espacio verde, aunque con una transformación drástica de la zona. Entre la avenida Gaona –donde se encuentra el Monumento al Cid Campeador– y la calle Neuquén, se suprimirán carriles que serán reemplazados por un corredor que tendrá, según el plan oficial, nuevo arbolado, áreas recreativas y de descanso, con cambios en la circulación tanto de vehículos particulares como del transporte público. En ese tramo, la circulación será de mano única hacia el norte.
En enero pasado se instalaron los obradores y las vallas para desviar el tránsito en los primeros pasos de la obra sobre la avenida, que tiene tres o cuatro carriles por mano –según la zona– y un boulevard central. El tramo por intervenir conectará las plazas 24 de Septiembre y Giordano Bruno. En total serán 16.623 metros cuadrados de espacio público renovado con 9556 metros cuadrados de zonas verdes y 7067 metros cuadrados de nueva área peatonal. En esa superficie, el gobierno porteño se comprometió a plantar 200 árboles.
Pero el rechazo de organizaciones barriales provocó la suspensión del proyecto del corredor verde. El mes pasado, el juzgado porteño en lo contencioso, administrativo y tributario N° 15 hizo lugar a un amparo presentado por SOS Caballito y ordenó a la Ciudad frenar las obras del parque lineal. Algunos vecinos se oponen a lo que consideran la destrucción de la avenida y plantean, como alternativa, la puesta en valor de un espacio verde en la zona del playón ferroviario, que a su vez fue otro de los proyectos anunciados ayer por Rodríguez Larreta. Esta tarde, a las 18, habrá una nueva asamblea de vecinos en Honorio Pueyrredón y Díaz Vélez.
FUENTE: Mauricio Giambartolomei – www.lanacion.com.ar