Bien al sur de Puerto Madero, más allá de Costanera Sur, de la Fuente Monumental Las Nereidas; pasando aún la obra de urbanización en la villa Rodrigo Bueno; todavía un poco más al sur de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors. Justo antes de ingresar al universo paralelo de Tandanor, las empresas de logística, los depósitos fiscales y la planta Enel de generación de electricidad; allí, en ese sitio que no va de paso a ningún lado, languidece un enorme Monumento a España, que el Estado Nacional ofreció a la comunidad española como homenaje en tiempos de los festejos por el Centenario de la Revolución de Mayo.
Por aquellos años, la inmigración estaba compuesta en su enorme mayoría por italianos y españoles; llegaban al país dejando atrás las guerras y la hambruna. En la Ciudad hay decenas de este tipo de monumentos, de mayor o menor envergadura: como el Monumento de los Españoles, en Sarmiento y Libertador, donado por la colectividad española y realizado por el escultor Agustín Querol; o el célebre Cristóbal Colón de la Casa Rosada, donado por italianos, que fue desmantelado y trasladado a Costanera Norte.
El de Costanera Sur también es monumental. Es obra de Arturo Dresco -además autor de La Puerta Historiada, un portal de ingreso a la Biblioteca del Docente, que ahora se encuentra exhibida en el interior de ese edificio- y fue inaugurado en 1936. Posee 29 figuras colocadas sobre un enorme basamento de granito rojo; las figuras representan a los personajes que protagonizaron la conquista y la colonización del territorio americano. Si bien hoy son figuras que se encuentran interpeladas en todo el mundo, allí están, dando cuenta de una visión y una forma de interpretar la historia. Y más allá de las miradas, son parte del patrimonio y su degradación no se detiene.
Durante 2018 la Ciudad destinó $ 28 millones mensuales en los arreglos producidos por el vandalismo. En el caso del Monumento a España, muchas de sus figuras se encuentran con manos, brazos y piernas cortadas, incluso 5 de ellas no tienen cabeza; y faltan las placas con los datos y fechas sobre la obra de arte.
Hay algunas figuras que fueron removidas y trasladadas al MOA (Monumentos y Obras de Arte): Fernando de Magallanes y Juan Díaz de Solís; y Cristóbal Colón arrodillado frente a Isabel la Católica. «Hubo que trasladarlos para protegerlos. No era posible restaurar estas figuras en el lugar. Por otra parte, en el taller están a salvo. Las partes faltantes se completaron con resina poliéster», explicó Jorge Grimaz a Clarín. El material original es el bronce, que por su alto valor justamente es el motivo por el que vandalizan este tipo de obras de arte.
La Embajada de España en Argentina sigue el tema desde hace años. «Creemos que el monumento debe permanecer en su lugar de emplazamiento original y hay órganos competentes que deberían ponerlo en valor. Por otra parte, pensamos que cuando se tome la decisión de recuperarlo, ayudará a poner en valor el lugar», dijeron. Ciertamente, todo alrededor del monumento es degradación. Existió alguna vez la idea de mudarlo a la 9 de Julio y Avenida de Mayo, en donde hoy se encuentra el monumento a Don Quijote.
«Nos pusimos en contacto con las diferentes áreas de la Ciudad por la falta de mantenimiento y seguridad; también hablamos con Prefectura para que lo protejan pero nos dijeron que no está dentro de su jurisdicción; y sabemos que ha habido gestiones para tratar de trasladarlo, una vez que finalice la obra del Paseo del Bajo. Se trata de una obra de arte de una calidad excepcional y por otra parte visibiliza a la enorme inmigración española que recibió este país. Querríamos que se le dé un lugar mas destacado», dijeron desde la Federación de Sociedades Españolas de Argentina.
Se estima que hay 500 centros españoles en el país; el presidente de la Federación es el empresario gallego Benito Blanco Alvarez. «Vemos que no se toman decisiones, nuestra inquietud es que se le dé el valor que tiene, como obra de arte y como símbolo de la hispanidad», afirmaron.
Marcelo Magadán, arquitecto y especialista en patrimonio, estuvo a cargo de la restauración y puesta en valor de la Pirámide de Mayo. Sobre el Monumento a España y su simbología opinó: «Son elementos que nos dan la posibilidad de ver que estamos transitando por otro momento. Para poder contar la historia necesitas también tener una visión de como se interpretaba y cuáles eran las miradas en otros momentos».
También se refirió a la política del Gobierno porteño frente al patrimonio: «El aporte que han hecho ésta y otras gestiones son figuras de epoxy. Y han tomado decisiones muy cuestionables, como remover el Monumento al Izamiento de la Bandera en Plaza Colombia (de Barracas), que pudo haber sido reparado in situ. Esto sucedió hace casi diez años y el monumento nunca volvió. Solo por dar un ejemplo», dijo, y agregó: «Por eso, considero que la restauración de la Pirámide de Mayo es un descuido del sistema. Nos dieron libertad y pudimos seguir los protocolos internacionales para este tipo de trabajos. A la pirámide le quitamos un centímetro y medio de manos de pintura. Habla del desprecio que se le tiene al patrimonio».
Frente a las aguas del Río de la Plata, comienza en estos días la última etapa del largo y sinuoso camino que debió recorrer la figura de Cristóbal Colón, el navegante genovés.
Tallado en mármol por el artista plástico Arnoldo Zocchi, viajó en barco desde Italia y aquí se lo ensambló en 1921, detrás de la Casa Rosada. Allí permaneció hasta 2013, cuando la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner ordenó su traslado.
Desde noviembre de 2017 se encuentra en Costanera Norte: «Se firmaron los contratos para comenzar con la última etapa, que es la de limpieza final de la obra ya restaurada. En un año muy complejo en relación a lo económico, se logró que la empresa constructora Criba se haga cargo de esta etapa. Pensamos que para julio estará concluida», explicó el arquitecto Javier Urani, a cargo de la restauración de la obra.
Por el momento, mientras avanza su restauración, Colón está bajo la órbita del gobierno nacional; una vez que concluyan estos trabajos, volverá a ser de la Ciudad, que entonces se hará cargo del mantenimiento futuro.
En esa zona de Buenos Aires se trabaja en un relleno costero que permitirá ampliar las instalaciones del Aeroparque y la pista de aterrizaje. Una de las empresas que trabaja allí es Criba, que tiene a cargo la construcción de una sucesión de espacios verdes y áreas recreativas que se llamará Parque Costero.
FUENTE: www.clarin.com