Las finanzas sostenibles pueden ser cruciales para acelerar una transición justa hacia una economía baja en carbono que sea amigable con el medioambiente, y que permita una mirada más optimista sobre el futuro de nuestro planeta. En tiempos de pandemia, la temática se torna más relevante aun.
Debemos ser capaces de diseñar una estrategia para alcanzar los objetivos de conservación y protección de los recursos naturales cumpliendo los compromisos asumidos en el Acuerdo de París y en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Ante este desafío, las Finanzas Sostenibles brindan instrumentos que, además de ser rentables, también pueden generar beneficios sociales y ambientales, garantizando la sostenibilidad en el largo plazo.
Desde su sede en pleno Casco Histórico porteño, la Fundación Vida Silvestre Argentina plantea junto a WWF (World Wildlife Fund: Fondo Mundial para la Naturaleza) que, es necesario que las empresas accedan a financiar cambios que les permitan proveer bienes y servicios sostenibles, sin relegar rentabilidad.
“Estamos en una situación de default ambiental a nivel global. Existe un campo muy relevante para el desarrollo de las Finanzas Sostenibles que pueden contribuir a salir de esta situación. Si bien en nuestro país se han conocido recién en los últimos tiempos, la región trabaja en la temática desde hace varios años. Al proponer el diseño del Protocolo de Finanzas Sostenibles, tuvimos en consideración las experiencias de otros países de América Latina, y las adaptamos a la realidad argentina”, explica el economista Pablo Cortínez, especialista en Finanzas Sostenibles de Fundación Vida Silvestre Argentina.
Como está sucediendo en el resto del mundo, las empresas e inversores con visión de futuro pueden reducir el riesgo ambiental y social, y preparar sus negocios asumiendo compromisos que van más allá de lo económico.
“Las empresas se verán beneficiadas por la financiación sostenible por dos vías: una vía es directa, para compañías que emitan Bonos Verdes y financien sus propios proyectos. La otra vía es indirecta, probablemente para empresas de menor tamaño. En este caso, las entidades financieras serían las emisoras de esos bonos y, a partir de ese fondeo, los bancos pueden lanzar líneas verdes para financiar proyectos sostenibles de Pymes”, continúa el especialista, y agrega: “En nuestro país se han emitido algunos Bonos Verdes, Sociales y Sostenibles, y la Comisión Nacional de Valores (CNV) ha publicado lineamientos, al igual que para otros instrumentos del mercado de capitales”. Las cadenas de valor de los sectores más sensibles al ambiente pueden adaptarse a esta nueva demanda de los inversores, incorporando criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) a sus operaciones. Advirtiendo las tendencias internacionales, financiar estos sectores representa un win-win para bancos e inversores, y para las empresas.
Un modelo de negocios sostenible
Cortínez cuenta que, en la Argentina, las consultas sobre financiación sostenible se multiplicaron en los últimos 18 meses, aun en épocas complicadas por la macroeconomía y la pandemia. “Existe un pipeline de proyectos interesante, que no sólo proviene de las energías renovables. En estos casos, la recomendación es diseñar con tiempo proyectos ‘bancables’, que también consideren lo que demandan los inversores. Reportes específicos y transparentes pueden ser clave para evitar el greewashing y el socialwashing. Esto requiere muchas veces un mindset y capacidades que el sector financiero tradicional debe desarrollar, como ha sucedido en otras latitudes”.
Con esta nueva visión, los negocios y las finanzas se convierten en un caso de negocio para la naturaleza e influyen en los responsables de la toma de decisiones de los principales mercados, finanzas y foros de política. En este sentido, la industria bancaria será un actor clave que puede estimular una recuperación ecológica, sostenible e inclusiva en la post-pandemia.
Más allá de los conocidos Bonos Verdes, cuyo monto emitido acumulado “superó USD one trillion en diciembre de 2020″, la irrupción del Covid-19 hizo que las finanzas pusieran el foco en otros tipos de destinos.
Según Cortínez, quien luego de más de 20 años de experiencia en el mercado de capitales tradicional se volcó a las finanzas sostenibles, en 2020 los Bonos Sociales y los Sostenibles emitidos se multiplicaron comparado con los años anteriores, y fueron destinados a la salud (por ejemplo, los ‘coronabonds’), y a cubrir aspectos sociales varios, derivados de la pandemia. “En otras épocas, y desde otro lugar, trabajé emitiendo obligaciones negociables para un banco, y estructurando bonos provinciales, en casos para hacer el roll over de deuda y para gastos corrientes, respectivamente. A diferencia de aquellos, estos instrumentos permiten (macro mediante) fondearse en el mercado de capitales para financiar proyectos de la economía real de triple impacto así como implementar proyectos de energías renovables, como fueron los casos de La Rioja y Jujuy. El use of proceeds apropiado hace una diferencia para ciertos inversores, y eso se refleja en elevados niveles de sobre-suscripción para emisiones verdes, sociales y sostenibles”.
La tendencia en materia de finanzas sostenibles es que los destinos de estas inversiones son cada vez más específicos, lo cual fomenta el surgimiento de bonos de género y bonos orientados a Pymes, entre muchos otros. Más allá del destino específico, todos los proyectos deben respetar una premisa muy clara: ser rentables, impulsar beneficios sociales, y cuidar el ambiente. “La matriz productiva de Argentina invita a que, además de las energías limpias, otros sectores también puedan acceder a financiación sostenible, lo cual es clave para las economías regionales”, concluye Cortínez.
Acerca de las Finanzas Sostenibles
Las Finanzas Sostenibles son un concepto amplio, que incluye la incorporación paulatina de criterios ambientales, pero también sociales y de gobernanza (ESG por sus siglas en inglés) a la hora de originar créditos y de realizar inversiones, entre otros. La Práctica de Finanzas de WWF se materializa en 10 años de experiencia y en más de 60 Focal Points en 100 países. Las finanzas pueden actuar como un acelerador de buenas prácticas ambientales en los diversos sectores productivos, con foco en commodities clave para la conservación y en evitar la deforestación. Fundación Vida Silvestre Argentina y WWF entienden que las finanzas son un driver transversal para alcanzar los objetivos de conservación del medio ambiente.
Acerca de Fundación Vida Silvestre
La Fundación Vida Silvestre Argentina es una organización no gubernamental, de bien público y sin fines de lucro, creada en 1977. Su misión es proponer e implementar soluciones para conservar la naturaleza, promover el uso sustentable de los recursos naturales y una conducta responsable en un contexto de cambio climático. Desde 1988 está asociada y representa en la Argentina a WWF, una de las organizaciones independientes de conservación más grande del mundo, presente en 100 países.
FUENTE: www.lanacion.com.ar