Fueron tres proyectos parecidos, que perseguían el objetivo de convertirse en centros de salud modelo para el país y la región. Fueron lanzados con el peronismo en auge. El Albergue Warnes, el hospital Posadas y el Elefante Blanco, tres edificios monumentales pensados a mediados del siglo XX, son parte de y símbolo de la historia de la Argentina. Y tras la demolición del Elefante Blanco, que acaba de terminar, de ellos sólo queda en pie el Posadas.
El centro médico del Oeste bonaerense es el único que resistió al derrocamiento de Perón y los sucesivos intentos de borrar las huellas del peronismo. Está en Palomar, y no escapa al destino de ser escenario de intereses y disputas.
En la actualidad está con conflicto por despidos, recortes de personal y cese de contratos de profesionales. Al mismo tiempo que no cesa la polémica y persisten las acusaciones sobre la utilización política que Martín Sabatella, ex intendente de Morón, habría hecho del hospital. A eso se suman acusaciones de nombramientos irregulares y hasta investigaciones sobre el uso de fondos.
A diferencia del Warnes y el Elefante Blanco, el Posadas pudo superar la autodenominada revolución libertadora de 1955, terminó de construirse y funcionó más allá del propósito original de la Fundación Eva Perón, que quería hacer un centro de salud especializado en enfermedades pulmonares.
Primero fue el “Instituto Nacional de la Salud”. Recién en 1970, con la habilitación de 360 camas para internación, comenzó a llamarse Policlínico Profesor Dr. Alejandro Posadas.
Pero la historia volvió a marcarlo y a oscurecer su destino. En los 70 fue tomado por los militares que hicieron el golpe de Estado del 76: lo convirtieron en un centro clandestino de detención.
En los últimos años se hicieron obras para inaugurar un nuevo sector. Sin embargo, en la parte vieja persisten los problemas edilicios por falta de mantenimiento.
El Elefante Blanco fue anterior al primer gobierno de Perón. Surgió como un proyecto del diputado socialista Alfredo Palacios para instalar un centro de tratamiento de la tuberculosis.
Se hicieron colectas públicas para recaudar fondos y las obras comenzaron en 1938, pero se pararon muy rápido porque el dinero no alcanzó para continuarlas.
Hasta que fueron retomadas, ya con Perón como Presidente, para hacer un gran hospital. Luego de 1955 volvieron a abandonarlas, cuando la denominada revolución libertadora terminó derrocó al fundador del peronismo durante su segunda presidencia.
Entre ese año y la década del 70 se consolidó el asentamiento alrededor del edificio. Además, varias familias ocuparon algunos pisos de la estructura para vivir allí. Según las cifras oficiales, la Ciudad Oculta, también conocida como villa 15, tiene hoy unos 24.000 habitantes.
En 2007, el entonces jefe de Gobierno Jorge Telerman le cedió un espacio a la Fundación Madres de Plaza de Mayo. El 2011 tomó control la Ciudad y, por las deficientes condiciones del edificio, tuvo que ser desalojado.
Antes de lanzar el proyecto para demolerlo, se analizó reutilizarlo, pero el estado de deterioro hizo inviable esta último posibilidad.
Como el Elefante Blanco, en 1991 fue demolido el Albergue Warnes, que se había proyectado como el “mayor hospital pediátrico del continente”.
También fue durante el primer gobierno de Perón. La construcción avanzó hasta dos edificios de 10 pisos, de los cuatro que se habían previsto originalmente.
De la misma forma que ocurrió con la mole de Lugano, el Warnes quedó abandonado tras el derrocamiento de Perón.
Los militares dictadores de entonces, hicieron uso de una costumbre argentina: borrar, aunque sea útil y sirva, lo que hizo el Gobierno al que suceden en el poder.
Juzgaron que más importante que los chicos que podrían haberse atendido en ese hospital era eliminar las huellas o algún legado que pudiera dejar Perón.
La obra quedó abandonada. Y el edificio se convirtió en un hogar sin puertas, ventanas, cloacas ni electricidad que fue ocupado por 2.000 personas.
A comienzos de la década del 90, las 600 familias que ocupaban el lugar fueron relocalizadas en Lugano, se mudaron al barrio Ramón Carrillo, y en el espacio que el Warnes ocupó durante cuatro décadas ahora hay un supermercado.
A la demolición por implosión asistieron miles de vecinos y se vio en vivo por televisión.
El Elefante Blanco, casi en la esquina de Eva Perón y Piedra Buena, era el símbolo de otro proyecto inconcluso que ya no está en pie. En su lugar, delante de la villa 15 ya se ve el avance de un edificio moderno que cambiará la geografía del barrio.
De las tres obras monumentales de mediados del siglo XX, ahora sólo queda en pie la del hospital Posadas.
FUENTE: www.clarin.com