El gobierno de la Ciudad está encarando en Once una serie de reformas que buscan que el barrio se transforme en una zona más atractiva para vivir para las familias, sin que pierda su marcada esencia comercial y multiétnica.
La intervención, llamada Once Peatonal, comenzó con la expulsión de los manteros y el arreglo de las veredas que ocupaban, a las que se les agregaron árboles y mobiliario urbano, como nuevas paradas de colectivos, luminarias y asientos. El plan se lleva adelante en el área comprendida por las avenidas Pueyrredón, Corrientes y Rivadavia y la calle Uriburu y el entorno de Plaza Miserere, un punto de conexión clave para el transporte público, donde confluyen los subtes A, B y H, numerosas líneas de colectivos y la estación de tren de la línea Sarmiento.
Las obras incluyen la nivelación de calles, el ensanche de veredas, la ampliación de las esquinas, el soterramiento de cables, el ordenamiento de las marquesinas de los negocios y la refacción e iluminación de edificios de comienzos del siglo XX de alto valor patrimonial. La mejora en las veredas y calles estará lista en un par de meses, pero las mejoras completas recién estarán finalizadas en 2019.
“Once tiene un perfil muy comercial, pero a la noche medio que se muere. El barrio tiene un stock de edificios de departamentos, entonces la idea es que sea mucho más agradable a la noche o el fin de semana para que no solo la gente venga a comprar, sino que sea agradable vivir”, asegura a La Nación el arquitecto Juan Vacas, director general de Regeneración Urbana de la Ciudad.
“Once es uno de los barrios mejor conectados de la Ciudad. Entonces no podés dejar que un lugar tan neurálgico se venga abajo. Y además tiene edificios patrimoniales muy importantes, sobre todo de los años 20 y 30, que estamos poniendo en valor. Creo que se va a lograr algo similar a lo que ocurrió en el Microcentro. Se van a ir generando zonas especiales. Este comercio tan intensivo que tiene está bueno, no queremos que esto sea Recoleta. Pero sí, se va a lograr mejorar la habitabilidad. La idea es que las calles sean más lindas, que a la noche te sientas seguro para caminar”, señala Vacas en la terraza de la Torre Saint, uno de los edificios paradigmáticos que se están restaurando.
Otro de los cambios para que Once sea más “vivible” es la creación de espacios verdes, que no abundan en la zona. En la Manzana 66(comprendida por las avenidas Jujuy y Belgrano, y las calles Catamarca y Moreno) habrá una plaza y una escuela. También está el proyecto del Parque de la Estación, que se va a unir con el Corredor Verde del Oeste sobre el tren Sarmiento. En la Plaza Miserere, donde ya se reforzó la iluminación, se ordenarán y unificarán estéticamente los kioscos de comida. La vieja Recova, en Pueyrredón y Rivadavia, también está siendo remozando, y cada local contará con un toldo de color bordó.
“Hoy quienes caminan por Once descubren un nuevo barrio, con edificios imponentes antes no se lucían. Estas obras van a cambiar completamente el paisaje de Once. Los miles de vecinos que caminan por acá van a sentirse más cómodos, seguros, y van poder disfrutar del espacio público. Queremos que sean muchos más los que disfruten de esta zona de la ciudad, y no sea solo un lugar de paso”, Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio del gobierno de la Ciudad.
FUENTE: parabuenosaires.com