El Puente Transbordador Nicolás Avellaneda comenzará a operar con regularidad, de manera inminente y por primera vez en más de seis décadas. Su puesta en funcionamiento permitirá el cruce de personas entre el barrio porteño de La Boca y la Isla Maciel, en la provincia de Buenos Aires. La habilitación llega luego de que autoridades de Vialidad Nacional, del Ministerio de Seguridad de la Nación y del municipio de Avellaneda acordaran los parámetros de operación.
El tramo de 77 metros que separa ambas orillas del Riachuelo se realizará bajo el estricto cumplimiento de los protocolos de bioseguridad establecidos por el gobierno nacional para evitar la propagación del Covid-19, según comunicaron en Vialidad Nacional, organismo que realizó la restauración del puente y que estará a cargo de las operaciones.
“Finalmente hemos cerrado todos los aspectos técnicos y operativos para que el Puente Nicolás Avellaneda vuelva a funcionar. Sin dudas, este transbordador tiene un valor simbólico y funcional para los vecinos del barrio de La Boca e Isla Maciel, del partido de Avellaneda, sobre todo en medio de la pandemia”, señaló el administrador general de Vialidad Nacional, Gustavo Arrieta.
Por su parte, el gerente de Regiones del organismo, Patricio García, quien coordinó el trabajo con el Ministerio de Seguridad de la Nación y el municipio para la habilitación, aseguró que “el funcionamiento del puente permitirá que los vecinos se trasladen evitando los peligros sanitarios que implica en estos momentos el uso de las pasarelas”. Además, indicó: “Se trabajó mucho para lograr esto y fue posible también gracias a la tarea y el compromiso de los trabajadores del primer distrito, de Vialidad Nacional”.
Único en el continente
El Nicolás Avellaneda es el único puente transbordador del continente americano y uno de los ocho de estas características que aún permanecen de pie a nivel mundial, junto al Bizkaia español; el Rochefort francés; el Newport, el Warrington y el Middlesbrough británicos, y el Rendsburg y el Osten-Hemmoor alemanes.
En diciembre de 2018, recibió el Escudo Azul de la Unesco, un emblema cuyo objetivo es proteger el patrimonio cultural de las naciones en casos de conflictos bélicos y desastres naturales, para que sean conservados y restaurados.
FUENTE: www.lanacion.com.ar