“No hay otra construcción así en Buenos Aires, no se consigue”. El que habla es Daniel Elsztain, CEO de IRSA, la firma dueña de algunos de los principales shoppings del país, y se refiere a la ex fábrica Philips, un edificio que después de 17 años de abandono se convirtió en un complejo de oficinas.
IRSA obtuvo el predio a través de una subasta y, después de dos años de obra, lo reconvirtió en oficinas, que serán ocupadas por Mercado Libre y por Falabella. “Es un edificio racionalista, de una época en la que el mundo estaba saliendo de la Segunda Guerra Mundial, con un espíritu fabril que quisimos conservar y al que le incorporamos tecnología y materiales modernos”, agrega Elsztain.
Philips se instaló en la Argentina en 1935 y la ex fábrica data de 1944. La planta se levantó en Saavedra, en un terreno de tres hectáreas, con importantes instalaciones como un histórico horno de vidrio. En esa época, según la página de la Escuela técnica Philips -que todavía sigue en funcionamiento-, se trabajaba tres turnos de ocho horas y había alrededor de 4.000 empleados.
“Es un edificio de una espacialidad imponente, con columnas separadas cada siete metros, alturas de entre cuatro y seis metros en sus plantas, y ventanas en sus cuatro caras. Todas, características muy difíciles de encontrar en otras construcciones”, describe Ezequiel Barenboim, gerente de arquitectura de IRSA.
La vieja fábrica fue reciclada en su totalidad y se le adosaron nuevos niveles. Los primeros seis pisos pertenecen al edificio antiguo, el techo de la fábrica se usó como espacio de transición con terrazas y a él se agregaron cuatro niveles. En total, la construcción demandó 65 millones de dólares.
“En algún momento se habló de tirar la fábrica abajo y hacer todo de cero, pero optamos por reciclar”, agrega Eduardo Elsztain, presidente del grupo, quien ayer encabezó el acto, del que participó el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta.
La reconstrucción de espacios y fábricas cerradas para convertirlos en edificios de viviendas, oficinas u otros usos ya es casi un clásico en la Ciudad. Barracas y Parque Patricios son buenos ejemplos: la ex fábrica Bagley, en Montes de Oca al 100, hoy es un complejo de viviendas; la planta de Canale, en Martín García al 300, se reconvirtió en el Palacio Lezama donde hay ministerios porteños; y la ex sede de Branca, en Uspallata al 3000, hoy funciona Tata Consultancy Services, la mayor empresa de servicios informáticos de la India, una de las primeras firmas en llegar al Distrito Tecnológico de Parque Patricios.
En el caso de la fábrica de Philips, cerró en enero de 2000, tiempo en que sólo producía lamparitas. Las crónicas de la época explican que se apoyó en una decisión de achicar costos e importar las lamparitas en lugar de producirlas en Saavedra.
La marca de electrodomésticos es muy importante para el barrio. Porque ahí no sólo estaba su fábrica, sino también sus oficinas, distribuidas en un inmenso y espejado edificio que se ve desde la General Paz. IRSA también adquirió esa construcción y la reciclará en los próximos meses.
En la zona, la empresa planea un complejo de oficinas que estarán distribuidas en distintos edificios y conectadas al shopping DOT, que también les pertenece. La inauguración de la ex fábrica Philips fue el primer paso dentro de ese proyecto. En etapas sucesivas se levantará una torre de 15.000 m2 y otra de 26.600 m2.
FUENTE: www.clarin.com