El avance de la problemática ambiental, la necesidad de ahorrar energía y de reducir los costos que implica su utilización son básicamente las razones por las cuales muchos argentinos empezaron a generar su propia energía en sus hogares y comercios.
Según datos de la Secretaría de Energía, que entre julio y septiembre de este año se dio un salto fuerte en las reservas de potencia por parte de nuevos usuarios-generadores: aumentó un 150 % con relación al acumulado hasta la fecha.
En la Argentina, existe una ley (la 27.424, de Generación Distribuida, reglamentada a fines de 2018) que habilita a los consumidores de electricidad para que se conviertan en generadores a partir de fuente de energía renovable para autoconsumo y eventual inyección de electricidad a la red.
“De hecho, el último reporte mensual publicado, correspondiente a septiembre de 2021, indica que desde el inicio del Régimen Nacional de Generación Distribuida se instaló un total de 6,92 MW de potencia”, señaló Gastón Lihour, gerente de Operaciones de Grupo Nabla, una empresa dedicada a soluciones energéticas.
De ese total de generadores locales, el 71% pertenece a industrias y comercios, mientras que el 20% pertenece a casas particulares. Si bien se trata de un avance significativo, el margen de crecimiento es gigante, dado que menos del 1 % vuelca energía propia en la red.
De acuerdo con las cifras oficiales, entonces, hasta julio había 229 proyectos con reserva de potencia aprobada, mientras que en septiembre ese número ascendió a 352. Por su parte, en enero de este año había 364 usuarios-generadores, que en septiembre ascendieron a 614.
Técnicamente todo el territorio argentino tiene un gran potencial para el desarrollo de la energía solar. Las regiones andinas y subandinas, desde Jujuy hasta Neuquén, son las de mayor radiación solar.
La provincia con más usuarios de generación distribuida del país es Córdoba. “En agosto de este año tenía un 62% de la potencia instalada (3.942,2 kilovatios) y el 57% de los usuarios (332) a nivel nacional”, señala Lihour.
Actualmente, en todo el territorio nacional el régimen tiene 189 distribuidoras eléctricas y cooperativas inscriptas, pero aún resta la adhesión de muchas empresas más. En ese sentido, antes de realizar una instalación que inyecte energía a la red, es necesario verificar si la distribuidora permite hacerlo.
¿Cómo convertirse en generador?
Para producir energía solar en casa, y eventualmente volcar el excedente en la red, el procedimiento es el siguiente: primero el instalador hace un estudio de la demanda energética de la empresa o el hogar y realiza una propuesta.
Luego, el usuario debe solicitar la reserva de potencia. En el siguiente paso, la distribuidora (por ejemplo, Edenor) da una prefactibilidad al pedido. Con eso, la empresa instaladora coloca el equipo de energía solar y solicita el medidor bidireccional a la distribuidora.
Cuando la instalación ya está hecha, se emite un certificado de usuario-generador que se eleva a la Secretaría de Energía de la Nación. Si bien parece extenso, todo este proceso está informatizado y no debería demorar, en condiciones normales, más de 30 días.
El sistema además, tiene ventajas ambientales, económicas y fiscales. En primer lugar, porque la generación de la propia energía renovable es un aporte al medio ambiente. Además, una instalación de 2 kw, una promedio residencial, permite ahorrar 150 kg de CO2 por mes.
Desde el punto de vista económico, el usuario residencial puede reducir el gasto –dependiendo del consumo de cada uno- entre un 30 y un 70%. Una instalación promedio residencial, cuesta unos US$ 4.000.
Además, hay ventajas fiscales: la ley prevé la emisión de un bono de crédito fiscal a favor del usuario-generador, para ser utilizado en el pago de impuestos nacionales como Ganancias y el impuesto al valor agregado (IVA), entre otros. Se puede utilizar durante los 5 años posteriores a la obtención.
El monto del certificado del beneficio fiscal que se puede obtener es de $ 30.000 por kW instalado, hasta un máximo de $ 2.000.000 por instalación.
“Como se ve, existen grandes ventajas para ir migrando de a poco a la energía solar, más allá del costo inicial. Y la Argentina ya está preparada, tanto desde lo legal como desde lo tecnológico y climático, para que las energías renovables ganen mayor protagonismo. El potencial de crecimiento es gigante y entendemos que en los próximos años el porcentaje de generación propia será mucho más alto en todo el territorio”, señaló Gastón Lihour.
El incremento en la demanda de los usuarios que buscan generar su propia energía también fue experimentado por la empresa SolarLatam, de capital y socios argentinos y españoles.
En 2018, esta firma lanzó una plataforma que permite a usuarios eléctricos conectados o desconectados de la red diseñar y comprar sistemas solares 100% online.
En el verano pasado, cuando los cortes de luz subieron en un 40% más que cualquier otro verano, “aún con una gran parte de la población permaneciendo en sus casas los consumos resultaron abruptamente mayores. Frente a esto, las consultas mediante la plataforma se dispararon y las ventas de sistemas en los últimos meses fueron récord”, señalaron en esa compañía.
FUENTE: Natalia Muscatelli- www.clarin.com