Es inevitable que el acuerdo final alcanzado por las partes nos deje con sensaciones encontradas. Pese a que se reclama a los países que aceleren la eliminación progresiva del carbón y las subvenciones a los combustibles fósiles, es solo una petición a futuro y no un plan efectivo que nos ayude a hacer frente a los problemas que ya estamos experimentando con relación al cambio climático.
Los países sólo acordaron “reducir” y no “eliminar” el carbón, un cambio de redacción como consecuencia de una intervención tardía de China e India. No obstante, el acuerdo sigue exigiendo la “eliminación progresiva” de las subvenciones “ineficientes” a los combustibles fósiles. El hito de este punto es que por primera vez se recoge algo así en un acuerdo de la ONU que afecta a 196 países.
Y, pese a que se ha incluido una petición para endurecer los planes de recorte de emisiones de efecto invernadero para finales de 2022, solo unos pocos líderes mundiales se han mostrado dispuestos a presentar acciones concretas. Y es que, aunque el Acuerdo de París establezca el 2025 como la fecha para presentar medidas más ambiciosas, el planeta necesita que alcancemos la neutralidad en carbono cuanto antes.
Tal y como publicó el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés) los planes actuales llevarían a un calentamiento de entre 1,8 ºC y 2,1 ºC, según los últimos análisis de los compromisos. La temperatura global ya ha subido más de 1,1 ºC y recortar las emisiones es indispensable para que el incremento se quede entre los 1,5 y los 2 ºC respecto a los niveles preindustriales.
Lo más positivo de la COP26
El ser humano ha demostrado en diversas ocasiones ser capaz de hacer frente a catástrofes inimaginables, siendo la crisis del coronavirus la última de una larga lista. Si pudimos afrontar la pandemia con ciencia, tecnología y medidas regulatorias urgentes, también lo podemos hacer en la lucha contra el cambio climático. Y esta es una idea que reflejan ciertas noticias de la COP26 y que nos alientan a ser optimistas.
– Colaboración entre China y EE.UU.: uno de los anuncios más sorprendentes que nos ha dejado la cumbre de Glasgow ha sido el acuerdo entre los dos mayores emisores de CO₂. La declaración conjunta dice que ambas partes trabajarán juntas para reducir las emisiones, transitar hacia un modelo energético limpio y por conseguir la descarbonización.
– Pacto global para reducir el metano: un centenar de países ha acordado reducir en un 30 % sus emisiones de metano antes de 2030. Un paso importante teniendo en cuenta que el IPCC anunció en su último informe que entre el 30% y el 50% del incremento en las temperaturas se debe a este gas de efecto invernadero. Puedes leer más sobre esto en este artículo.
– Regeneración de los bosques: la deforestación también ha sido protagonista de uno de los grandes acuerdos de Glasgow. Y es que más de cien países (que concentran el 90% de los bosques del mundo) se han comprometido, no solo a frenar la deforestación, sino a revertirla.
– La agenda de Glasgow: el lanzamiento de la ‘Glasgow Breakthrough Agenda’ supone el compromiso de unos 40 gobiernos para impulsar las energías limpias y reducir las emisiones en algunas de las industrias más contaminantes del globo: la del acero, el hidrógeno, la energía y el transporte. Los firmantes acuerdan “ampliar la implantación de políticas climáticas” pero, por ahora, no definen cómo y cuándo esta promesa se trasladará a sus planes nacionales. Se acuña el término “loss and damage” que, aunque no se concreta, abre la puerta a litigios a los países y empresas que más han contribuido al cambio del clima.
– Libro de Reglas del Acuerdo de París: tras 6 años de trabajo, se ha conseguido cerrar el libro de reglas del Acuerdo de París, los mecanismos del Artículo 6 que establecen el funcionamiento de los mercados internacionales de carbono para apoyar una mayor cooperación mundial en la reducción de emisiones, el marco de transparencia y los plazos comunes para las contribuciones de los países.
– Fin de inversión en combustibles fósiles: más de una treintena de países se han comprometido a dejar de financiar la compra de combustibles fósiles a partir de 2022, entre ellos, Francia, Alemania o España.
– Pacto para la transición del carbón a la energía limpia: un pacto global apoyado por más de 40 países promete eliminar el uso del carbón en 2030 en las principales economías y en 2040 para los países en vías de desarrollo.
– Frenar la venta de vehículos contaminantes: un centenar de entidades han lanzado un nuevo pacto global para reforzar las políticas de cero emisiones antes de 2030, y poner fin a la venta de coches y furgonetas con motores de combustión en los principales mercados para 2035 y a nivel mundial para 2040.
– Industria de la moda: más de 130 empresas y 40 organizaciones relacionadas con la industria de la moda han lanzado un llamamiento conjunto para recortar en un 50 % las emisiones en sus actividades de aquí a 2030.
– Indígenas: Reino Unido, Noruega, Alemania, EE. UU, Países Bajos y 17 donantes estadounidenses se comprometen en la Cumbre del Clima de Glasgow a apoyar con una financiación directa a los pueblos nativos. 1.500 millones de euros para proteger los bosques y proteger y desarrollar las comunidades locales.
Deberes pendientes que deja la COP26
¿Qué es lo que más se ha echado de menos en Glasgow? La unidad de todos los países y organizaciones que han acudido a la COP26 frente al cambio climático y más medidas urgentes y contundentes para gestionar la crisis climática. En concreto, las mayores desilusiones de esta cumbre están relacionadas con:
– Financiación climática: se da un gran paso pero sin el compromiso como exigencia. El texto acordado insta, no compromete, a los países desarrollados a duplicar la parte colectiva de la financiación de la adaptación dentro del objetivo de 100.000 millones de dólares anuales para 2021-2025, y a alcanzar el objetivo de 100.000 millones de dólares lo antes posible. Las partes también instan a un proceso para acordar la financiación climática a largo plazo, más allá de 2025.
– La eliminación del carbón y las subvenciones de los combustibles fósiles: finalmente, la última versión del acuerdo recoge que se hará una reducción progresiva. Una medida insuficiente de cara a mantener vivo el objetivo de limitar el ascenso de la temperatura a 1,5 ºC.
Hay quien concluye que esta cumbre ha sido positiva. Otros que declaran que ha sido un fracaso. Lo único cierto es que el tiempo corre en contra de la humanidad cada vez es más urgente pasar de las palabras a los hechos.
FUENTE: www.sostenibilidad.com