El mercado de los inmuebles usados está con un récord de ofertas y bastante poca demanda. Sin dudas, esta realidad obliga a los propietarios a apelar a cuanta estrategia esté a su alcance para hacer más atractivo su casa o departamento y así lograr diferenciarlos del resto para concretar una venta. Algunos que están apurados por desprenderse de la propiedad apelan a bajar los precios, mientras que otros son de la idea de invertir unos pesos y apostar a una remodelación o rediseño o, como lo llaman algunos especialistas, un lifting arquitectónico, que les permita no sólo defender mejor su valor, sino también hasta aumentar su cotización.
Alejandra Vela, responsable de la división residencial de la firma Adrián Mercado de la sucursal Palermo, cuenta que, en este caso, la pandemia también hizo mella en el tema reformas. “Antes de la cuarentena la fórmula para revalorizar una propiedad era simple: hacer a nuevo el baño y la cocina y darle a toda la casa una ‘lavada de cara’. Hoy la ecuación cambió, las necesidades se modificaron y la gente mira mucho más que el baño y la cocina”, comenta la broker. Por su parte, Pedro Lagleyze, titular de Lagleyze Management y de Place Real Estate, sostiene que “la pandemia incrementó el uso de los sectores complementarios de la cocina, como son el comedor diario y el lavadero (lugares que en muchos casos se transformaron para convertirse en espacios de trabajo o juego para los chicos).
Algo similar sucedió con las áreas de expansión al exterior: los balcones, patios y terrazas, tres lugares que con el encierro se convirtieron en nuevos espacios resignificados y muy valorados. En síntesis, esto hizo que la fórmula de rejuvenecimiento de una propiedad se modificara. Ahora la estrategia para captar compradores obliga a mejorar el baño, la cocina, el comedor diario y los exteriores. Sin dejar de lado la pintura”.
Si el objetivo es refaccionar una casa, muy posiblemente la inversión que realice el propietario se destine a los frentes, a las zonas descubiertas y al playroom (otro lugar que se convirtió en oficina en muchos casos). “La puesta en valor estará dirigida a cambiar las membranas de los techos, colocar recubrimientos de frentes e intervenir los postigos. Hoy hay excelentes productos que dejan la casa a nuevo, que no resultan muy onerosos y que para su aplicación demandan mucho menos tiempo que antes”, explica Augusto Golletti, titular del estudio de arquitectura que lleva su nombre. Y agrega: “Remodelar un departamento es muy distinto a rejuvenecer una casa.
En los primeros, la gente observa mucho más las terminaciones y los productos que se utilizan; mientras que en las casas la atención está puesta en otros puntos, más vinculados con los espacios exteriores. En una casa, por ejemplo, se puede hacer un piso de microcemento tanto en el baño como en la cocina y las zonas descubiertas tienen que estar en buenas condiciones. Esa es la clave en este tipo de inmuebles”.
Cuándo es el mejor momento para encarar remodelaciones
Sin dudas, un gran momento para iniciar las obras de remodelación es durante las vacaciones de verano, ideal para poder hacer el mejoramiento del estado de las paredes y la pintura de todos los ambientes. Esta simple intervención puede generar un cambio de energía a la propiedad. Pintar de blanco no sólo le aporta una mayor luminosidad a cualquier vivienda sino que, además, es un color amigable que permite a la gran mayoría de la gente imaginarse viviendo en ese lugar y mudarse sin tener que volver a pintar por su cuenta. “Pero hoy no solamente alcanza con pintar. También hay que mejorar el estado de las paredes, optimizar la iluminación y hacer un pulido o una actualización de los pisos, por ejemplo, colocando un piso flotante o vinílico sobre el que ya está”, comenta Claudia Faena, directora de Claudia Faena Estudio.
Según Diego Boyadjian, titular del estudio Diego Boyadjian Arquitectos, el verano también es el mejor momento para realizar las reformas de las áreas semicubiertas o descubiertas “porque se pueden ejecutar con materiales livianos o construcción seca para reducir los tiempos de obra. A su vez suelen no interferir demasiado con el uso de los espacios cubiertos y la dinámica de la casa”, dice el arquitecto.
Cuáles son los tiempos de obra
Los tiempos que puede demandar una intervención pequeña o mediana, por ejemplo en un monoambiente o en un dos ambientes, oscila entre unas pocas semanas y 90 días. “Estos plazos pueden variar si se trata de una unidad habitada o deshabitada. Estas últimas permiten hacer trabajos de manera simultánea acortando así los plazos de ejecución y también reduciendo los costos de las reformas”, sostiene Lagleyze. Y amplía Golletti: “En muchos casos, no hay demasiadas maneras de reducir el plazo de obra, dado que algunos gremios para ingresar a trabajar deben esperar a que otros terminen; por ejemplo, primero deben finalizar con los pisos para que puedan trabajar en el mismo lugar los que se dedican a la instalación de los muebles de cocina y a la marmolería. Hay plazos que no se pueden alterar”.
Los especialistas sostienen que para hacer una reforma integral de una vivienda (baños y cocina a nuevos, mejoramiento de paredes y pisos, y pintura en general) puede demorarse entre tres y cuatro meses. “Hoy, como siempre, la única manera de ahorrar tiempo y dinero en los procesos de reformas es contratar a profesionales idóneos. Mi experiencia dice que, en muchos casos, la búsqueda de servicios económicos siempre deriva en mayores plazos de trabajo y más gastos de materiales. Como afirma el dicho: lo barato sale caro”, cuenta Vela. Y agrega Faena: “Para no retrasar la obra es fundamental realizar una buena planificación y, luego, cumplirla al pie de la letra, ya que en este tipo de trabajo cada demora se traduce en un incremento de los costos”.
¿Y de cuánto estamos hablando?
El metro cuadrado de remodeación se calcula entre los US$200 y los US$450.
El 60% de ese costo es de mano de obra y el 40% de materiales.
Los presupuestos más económicos no contemplan equipamiento de diseño.
Hacer una cocina a nuevo con instalaciones. revestimientos, mesada, artefactos y grifería puede costar alrededor de US$4.000, con un margen de variación importante según el tipo y calidad de materiales elegidos.
Un costo similar puede tener la remodelación de un baño, también dependiendo de los materiales.
Haciendo una inversión total de entre US$10.000 y US$15.000 se puede dejar una casa casi nueva. Y la propiedad aumentaría así su valor de venta entre un 15% y 30%.
FUENTE: Leandro Murciego -www.lanacion.com.ar