En los últimos años, varias ciudades argentinas han incorporado en sus Códigos de Edificación o en sus ordenanzas la promoción de cubiertas vegetales. Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Neuquén son algunas de las capitales interesadas en aprovechar los beneficios de estos sistemas: reducir el riesgo de inundaciones al retener agua de lluvia, mitigar el efecto “isla de calor” y aportar a la biodiversidad urbana. Ahora, cada vez son más los desarrolladores inmobiliarios ven en las terrazas verdes un beneficio en su calidad paisajística que ayuda a la comercialización de las viviendas.
Las cubiertas ajardinadas pueden ser intensivas, es decir, jardines diseñados con especies ornamentales; y extensivas, con plantaciones más naturales de crecimiento espontáneo o sembradas con herbáceas o suculentas. Este último tipo requiere de menos mantenimiento. pero ambos necesitan de un sistema de impermeabilización que, además, repela las raíces para evitar que se produzcan daños que generen goteras y problemas mayores.
Los sistemas de impermeabilización han evolucionado en una variedad de nuevos productos que tienen eficiencia probada si la colocación es la correcta. Pero, además de contar con una membrana que incluya una buena protección hidrófuga y resistencia al punzado que pueda provocar la penetración de raíces, es fundamental planificar el sistema de drenaje de la terraza para el escurrimiento de agua de lluvia y la capa de retención, un manto que evita el arrastre del sustrato hacia el desagüe.
En el modo tradicional (membrana asfáltica), la impermeabilización se inicia con el sellado de fisuras con emulsión asfáltica en frío. El trabajo abarca una imprimación asfáltica de la superficie con asfaltos a base de solvente y la colocación de membrana con protección de aluminio. Luego, la tarea se completa con otra capa de pintura asfáltica y una segunda membrana impermeabilizante con terminación geotextil de 170 grs protegida con asfalto en caliente. Finalmente, para proteger la impermeabilización que queda expuesta, se deben aplicar tres manos de revestimiento acrílico color de base acuosa. El costo del sistema tradicional de impermeabilización ronda los 5.400 pesos por metro cuadrado (costo directo sin beneficio ni IVA).
También se pueden utilizar productos específicos. El impermeabilizante Lanko Imperflex 228 (Klaukol) cumple con la resistencia a raíces. Es un mortero de dos componentes que, una vez mezclados, conforman una membrana cementicia flexible e impermeable que permite sellar y obturar poros, brindando al mismo tiempo una adecuada resistencia e impermeabilización, aún con agua retenida. Se aplica con brocha o pinceleta.
Otro producto interesante para techos verdes es Elastocoat 6335-101 (BASF) que forma una película resistente a los agentes químicos, en una capa continua, uniforme y sin fisuras. Esta solución de impermeabilización se coloca en cualquier espesor, evitando una aplicación multicapa tradicional.
En la ejecución de la capa drenante se puede aplicar un poliuretano para pisos drenantes tipo Elastopave (BASF). Funciona como un adhesivo que une pedregullo formando superficies de alta resistencia y permeables. Este producto se puede emplear en sectores transitables del techo jardín, creando una superficie drenante integral.
El sistema de bandejas es sencillo de instalar en pequeñas superficies o reformas. No es transitable y admite vegetación de pequeño porte. Al estar apoyado sobre la terraza, simplifica el mantenimiento. El costo estimado es de 5.200 pesos por metro cuadrado.
FUENTE: Paula Baldo – www.clarin.com