Buenos Aires está lleno de tesoros arquitectónicos. Desde mansiones hasta hoteles de lujo, por sus calles se pueden descubrir verdaderas joyas.
La lista incluye varios palacios que quedaron en pie y que se construyeron en la época de esplendor de la ciudad. Sin embargo, la mayoría no están abiertas al público (muchos de ellos por ser sedes de embajadas extranjeras).
Pero, a continuación, compartimos algunos que pueden visitarse y hasta tienen espacios para sentarse a comer.
1. Palacio Barolo
Luis Barolo, progresista y poderoso productor agropecuario, llegó a la Argentina en 1890. Fue el primero que trajo máquinas para hilar el algodón y se dedicó a la importación de tejidos. En el centenario de la revolución de Mayo, conoció al arquitecto Mario Palanti, a quien contrató para realizar el proyecto de un edificio que tenía en mente.
Barolo en ese entonces estaba muy preocupado por las guerras que ocurrían en Europa y ponían el riesgo el patrimonio cultural e histórico. Desesperado por conservar el legado del famoso Dante Alighieri, quiso construir un edificio inspirado en la obra del poeta, “La divina comedia”.
La construcción finalizó en 1923. Calificado por el autor como un “rascacielos latino”, el Barolo es representativo de una actitud arquitectónica impregnada de prefiguraciones oníricas, de gestos únicos y ideales heroicos, dentro del espíritu del “resurgimiento”.
Ubicado en Av. de Mayo 1370, este clásico de Buenos Aires que alberga oficinas también puede visitarse. Hay varias visitas guiadas que pueden hacerse todos los días.
También cuenta con un restaurante en el piso 16, con una de las rooftops más codiciadas de la ciudad. ¡Imperdible!
2. Palacio Paz
Hacia 1890, el doctor José Camilo Paz, periodista y político argentino, fundador del diario La Prensa, encargó al arquitecto francés Louis-Marie Henri Sortais el diseño de este imponente palacio como residencia para su familia.
El edificio, uno de los principales exponentes del estilo academicista francés en la ciudad, comenzó a construirse a inicios del siglo XX bajo la dirección del ingeniero Carlos Agote. Su dueño falleció en 1912 y no llegó a ver la culminación de la obra, inaugurada dos años después.
Su esposa e hijos habitaron el palacio hasta 1938, cuando fue adquirido como sede del Círculo Militar (un club del Ejército) y del Museo de Armas de la Nación.
Por suerte, este icónico edificio ubicado en Santa Fe 760 recibe visitas del público. Los martes, jueves y viernes a las 16hs abre sus puertas con promociones especialices para estudiantes, jubilados y socios. Para reservar un lugar hay que escribir a reservaspalaciopaz@gmail.com.
3. Palacio de las Aguas Corrientes
Una obra única en el continente, frente a la cual seguramente pasaste innumerables veces, pero, ¿sabías que se puede visitar?
Inaugurado en 1894, este singular palacio es uno de los edificios más atractivos y emblemáticos de Buenos Aires. Fue el primer Gran Depósito Distribuidor de agua potable que tuvo la Ciudad. Es una obra única, de arte y de ingeniería: por fuera, una majestuosa fachada de terracota; por dentro, una de las mayores estructuras de hierro fundido del continente. En 1989, fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Revestido con 300 mil mayólicas inglesas, guarda en su interior una enorme estructura de hierro fabricada en Bélgica: 3 pisos de tanques sostenidos por 180 columnas capaces de albergar más de 72 millones de litros de agua.
Constituye un verdadero testimonio de la importancia otorgada a la higiene pública y al agua potable por los gobernantes de la época.
Luego de estar cerrado por la pandemia, el palacio reactivó sus visitas con reserva previa de turnos y estrictas medidas sanitarias. El Museo del Agua reabrió sus puertas, con turnos acordados previamente y medidas sanitarias para volver a disfrutar del recorrido por el magnífico Palacio de las Aguas Corrientes.
El público podrá realizar visitas contemplativas, siguiendo las medidas de seguridad implementadas. En diferentes puntos del recorrido encontrarán pantallas que les brindarán información sobre el contenido de las salas. Se podrá también visitar la muestra temporaria de arte “Día Cero” de Cynthia Carllinni.
Bonus track: Palacio Ortíz Basualdo
Diseñado en 1912 por el arquitecto francés Paul Pater, para el matrimonio de Daniel Ortiz Basualdo y Mercedes Zapiola, frente a la plaza Carlos Pellegrini, es sede de la Embajada de Francia en Buenos Aires desde 1939.
El imponente palacio solo abre sus puertas para celebraciones o eventos especiales, sin embargo, con motivo de la celebración del 14 de julio, este año habilitaron una visita virtual para conocerla por dentro sin moverse de casa.
FUENTE: www.cronista.com