Después de más de cinco años de abandono y denuncias de desmanejos, la actual comisión directiva del Club Italiano de Rosario comenzó la reconstrucción de su histórica sede, ubicada en una casona de Buenos Aires al 1200. En esta primera etapa, los trabajos contemplan mejoras en la fachada y en los desagües, lo que luego permitirá avanzar sobre la restauración de todo el interior, que alberga un salón de reuniones, biblioteca con ejemplares antiguos, buffet, secretaría y hasta un teatro. Un verdadero patrimonio cultural de la ciudad.
El Club Italiano tiene arraigo desde 1914 en una casona que albergó la vida social de muchas generaciones de inmigrantes. Pero distintas conducciones casi lo llevan al quebranto, y hasta se especuló hace un par de años con acciones inescrupulosas que buscaban convertir en ruinas el inmueble de Buenos Aires 1252 para generar allí un proyecto inmobiliario.
Sin embargo, a partir de la voluntad de una parte de la comunidad italiana local y actores de la vida social y política, finalmente en noviembre de 2020 se terminó con esa idea. Se convocó a elecciones tras las que resultó ganadora la lista Somos Darín en referencia a la emblemática película Luna de Avellaneda, protagonizada por el actor Ricardo Darín, y donde se muestra la recuperación de un club barrial amenazado por la especulación económica.
Marcelo Castello se convirtió en el presidente de la institución. La flamante comisión directiva cuenta con el respaldo de las colectividades italianas y sus socios históricos. Y así comenzó un camino de recuperación, sobre todo administrativo y patrimonial del club, que ahora se traduce en un primer trabajo sobre el valioso edificio de calle Buenos Aires.
Franco Tirelli, presidente del Comites (Comitato degli Italliani all’ Estero), organismo que representa a las instituciones italianas de la circunscripción, es parte de la comisión del club como apoderado legal. A la distancia, recuerda que se recibió un club devastado en lo económico y estructural, pero ahora se ilusiona con este gran paso.
Reconstruir
“Encontramos la sede destruida, con cuentas embargadas, deudas de servicios e impuestos. En el techo había un agujero como si hubiese caído una bomba, todo destrozado y desmantelado. También en el campo de deportes de Alberdi (Alvarez Thomas 2598) estaba todo abandonado”, recuerda Tirelli.
Explica que una de las primeras medidas fue hacer un acuerdo con la Facultad de Arquitectura para que elabore un informe sobre los daños y trabajos a realizar. “En función de eso, se decidió comenzar con la fachada y los desagües, que estaban tapados con raíces de plantas. Sacamos la basura del techo, donde había un agujero enorme desde 2018, y lo tapamos para que no entre agua”.
El dirigente cita que además se ordenaron y resguardaron libros de la valiosa biblioteca, que cuenta con unos 300 ejemplares, algunos del 1800. Y que en el predio de Alberdi se regularizaron los contratos de concesiones con Afip y Utedyc, y la situación de los empleados.
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“Comenzamos a darle vida y servicios a los socios. Tuvimos colonia de vacaciones en verano y con la Municipalidad ofrecemos un espacio recreativo para adultos. Había deudas de luz, gas, agua y TGI. Pero por suerte está funcionando y nos permite generar ingresos para solventar gastos”, describe Tirelli sobre la sede de Alberdi.
Y con relación a la casona de calle Buenos Aires, remarca que “con ayuda de los miembros de la colectividad se sacó un tinglado del frente y comenzaron los arreglos. Solicitamos un plan maestro para reorganizar las instalaciones. Hay un teatro con capacidad para unas 250 personas, es un edificio muy valioso, con un vitraux que fue declarado patrimonio histórico de la ciudad. Vamos recuperar el salón de reuniones, el buffet, la secretaría, y la sala de casín que tiene mesas italianas originales. La idea es restaurarlo todo”.
El club tiene unos 1.400 socios que pagan una cuota de 500 pesos para obtener los beneficios del club en el predio de Alberdi con barranca al río y pileta climatizada, además de clases de roller, yoga y natación. “En este momento si alguien puede o quiere ayudar, estamos abiertos a las colaboraciones. Después vamos a encontrar oportunidad para retribuir el apoyo recibido”, expresa Tirelli al valorar el acompañamiento de la comunidad italiana de Rosario y el cónsul general de Italia, Martín Brook.
FUENTE: Claudio González – www.lacapital.com.ar