Por orden de la Municipalidad, ayer se colocó ayer un vallado de protección frente a la fachada del Club Italiano, que desató gran cantidad de conjeturas. Es que la entidad atraviesa un proceso de normalización rumbo a una asamblea determinante para la suerte de la institución, que se realizará el 23 de noviembre, y en ese agitado escenario se cruzaron denuncias y deslizaron sospechas acerca de la acción de lobbys inmobiliarios con aceitados contactos políticos. Lo cierto es que la estructura metálica se instaló sólo para prevenir la caída de materiales del frente del club, ubicado en Buenos Aires 1252.
Mientras los obreros levantaban el vallado, las especulaciones se multiplicaron con gran velocidad. Las acusaciones de los últimos meses alrededor del rumbo institucional y la posibilidad de desembocar en la construcción de un edificio, situaron al club bajo un manto de sospechas permanentes.
Más allá de eso, desde los sectores mayoritarios que participan en la política de la entidad negaron que se trate del inicio de un proceso de demolición para un desarrollo inmobiliario posterior.
En este marco, y ante la caída de material en la fachada de la entidad, la Municipalidad determinó esta intervención. Autoridades del club confiaron a La Capital que desde la Dirección de Obras Particulares ordenaron la colocación del vallado, teniendo en cuenta la gran cantidad de gente que camina por esa vereda del centro de la ciudad.
“Notificaron al club que había desprendimientos en la parte superior, que ponían en riesgo a los peatones. Y pidieron la colocación del vallado para preservar a la gente y al inmueble. Esto se decidió en conjunto con Pablo Pérez, el delegado normalizador del club”, comentó un allegado a la conducción actual.
En ese sentido, el portavoz resaltó que, ante el escenario de dificultades económicas, “la idea es esperar a las elecciones, que serán en noviembre, para que se pueda contar con una nueva comisión directiva”. Y subrayó: “Esto no es algo que se pueda solucionar de manera rápida, hay que presupuestar, aprobar administrativamente, y eso representa tiempo y la necesidad de una erogación de dinero”.
“Con el vallado se evita un accidente, hasta que se pueda tomar una determinación formal. Así que, por lo menos hasta la asamblea, va a continuar el vallado de protección”, destacó.
Cuestionamientos
En tanto, Franco Tirelli, referente opositor a la actual conducción, remarcó que “esto es producto de falta de cuidado y de la desidia de estas autoridades”. Y puntualizó que “sucedió porque la comisión directiva saliente no hizo nada en relación a las advertencias que venía reiterando la Municipalidad. Ante esa inacción, Obras Particulares decidió vallar para proteger a los peatones”.
“Con esto queda claro que el edificio está abandonado y cada vez que hay tormentas caen pedazos de mampostería. Parece que lo estuvieran dejando caer, para hacer otra cosa. Por eso salieron nuestras denuncias durante todo este período. Esta comisión ni siquiera pudo cumplir una orden de vallado. Eso revela el estado del club”, exclamó Tirelli.
En ese sentido, apuntó que “por el momento, estas vallas no tienen que ver con la posibilidad de hacer un edificio nuevo ahí. La suerte de este inmueble se va a decidir en la asamblea”.
Envuelto en este clima de tensión, el Club Italiano determinará sus nuevas autoridades en la actividad que se desarrollará el 23 de noviembre, y todo indica que, mientras tanto, el vallado de protección continuará.
FUENTE: www.lacapital.com.ar