Primero fue una sentencia judicial, en 2013, y en diciembre pasado también una ley de la Ciudad. El Gobierno porteño tiene la obligación de terminar de poner en valor el Cine El Plata, conocido como “el Gran Rex de Mataderos”. También debería reabrirlo como parte del Complejo Teatral Buenos Aires. Sin embargo, el Ejecutivo no cumplió. Y ahora un juez le puso un plazo de diez días para que presente un plan de obras. Si no lo hace, el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, deberá pagar de su bolsillo una multa de $ 1.000 por cada día.
La nueva resolución judicial surge a partir de la denuncia de los vecinos nucleados en la Comisión de Defensa del Cine El Plata por “incumplimiento de sentencia”. Los demandados son el Gobierno porteño y la Corporación Buenos Aires Sur, bajo la órbita de la cual quedó la sala de Mataderos.
“Intímese a las codemandadas a fin de que en el plazo de 10 días acompañen un plan de obras con el objeto de cumplir con lo ordenado en la sentencia confirmada por la Sala II de la Cámara de Apelaciones, bajo apercibimiento de aplicar una sanción pecuniaria de $ 1.000 por cada día de retardo, la que recaerá en cabeza del ministro de Cultura, Enrique Avogadro”, dice la resolución firmada por el juez Martín Furchi, titular del Juzgado de 1° Instancia de lo Contencioso, Administrativo y Tributario de la Ciudad.
El fallo incumplido es del año 2013, cuando la Justicia le ordenó al Gobierno porteño convertir al Cine El Plata en un centro cultural. Es que el Ejecutivo había adquirido la sala en 2005 con la intención de hacer un CGP. Los vecinos se opusieron a ese proyecto, juntaron firmas y fueron a la Justicia para recuperar el espacio. Finalmente, en 2011 lograron el cambio del proyecto y la Ciudad comenzó una obra en dos etapas en la sala.
También en 2011 reabrieron dos micro-salas, que funcionaron un par de años. Pero la empresa a cargo de la segunda etapa de la obra, Teximco S.A., la abandonó cuando faltaba un 40% para terminar, a pesar de que ya había recibido los $ 27 millones de pago pautados por el trabajo. Los vecinos volvieron a recurrir a la Justicia.
Después de aquella breve reapertura, en diciembre de 2015 el Cine El Plata volvió a cerrar y no volvió a abrir. Se trata de una sala importante, muy parecida al Gran Rex. Fue inaugurada en 1945 y cerró 1987, con la proyección de la película “Esperando la carroza”. Entonces se convirtió en un depósito de la firma de electrodomésticos Fontana, hasta 2001 en que pasó a manos del Gobierno porteño.
Para reforzar la orden judicial de reapertura, en diciembre la Legislatura porteña aprobó la ley 6.126, que dispone “la puesta en valor del inmueble ubicado en Avenida Juan Bautista Alberdi 5751/53/55”, donde funcionaba el cine. La norma también autoriza al Ejecutivo a suscribir convenios con la autorización para transferir el dominio del cine de la Corporación Buenos Aires Sur a la Ciudad. Y le da vía libre para “efectuar las transferencias y compensaciones presupuestarias” para poner en valor la sala, que tiene protección estructural.
La misma ley obliga al Gobierno porteño a armar una programación para el Cine El Plata, cuya definición y desarrollo estará a cargo del Ministerio de Cultura.
En su Facebook, la Comisión de los vecinos que luchan por la reapertura de la sala comparte una carta que les escribió María, pidiendo que vuelvan a pasar películas. “Yo venía a este cine cuando tenía 14 años, con mi madre y mi hermana… a patacón por cuadra, desde Lomas del Mirador. Hoy tengo 87 años y hace 8 que vivo en Mataderos”, cuenta.
“Hace años que estamos reclamando -explica Walter Ordoñez, uno de los integrantes de la Comisión-. Nos reunimos con cada ministro de Cultura y, a principios de 2017, también con Avogadro, que nos puso en contacto con una asesora que iba a estudiar el proyecto. Fueron a ver la sala y se asombraron, porque pensaban que se iban a encontrar con un cine chiquito y descubrieron el Gran Rex de Mataderos. Pero después, no volvieron a contactarnos. Ante la Justicia, argumentaron que la Legislatura no había dado presupuesto para la puesta en valor, lo que no tiene ningún sentido, porque es el Ejecutivo el que lo tendría que haber pedido. Mientras tanto, la obra que quedó a medio hacer se sigue deteriorando”.
Ordoñez creció en un edificio pegado a El Plata. “Cuando no sabíamos qué hacer, íbamos al cine, que era una continuación de nuestro living. Daban tres películas: un estreno y dos de relleno. Ahí vi Tarzán mil veces. Mi mamá llevaba sandwiches y bebidas y, en el intervalo, hacíamos un picnic. Más adelante, en esa misma sala, vi películas como La Mafia, con Alfredo Alcón, o El Graduado. Me enoja mucho verla cerrada”.
FUENTE: www.clarin.com