La Barraca Peña, el complejo edilicio más antiguo del barrio porteño de La Boca, construido en torno a 1880 para lograr la primera conexión ferroportuaria de Argentina, continúa envuelta en una trama judicial para definir su restauración, mientras se debate entre su actual estado precario y la posibilidad de convertirse en nuevo punto turístico.
La semana pasada el titular del Juzgado 3 en lo Contencioso Administrativo y Tributario, Pablo Mántaras, ordenó al Gobierno porteño que “adopte medidas conducentes” para la preservación de la Barraca Peña y dispuso un plazo de 60 días para que “presente un proyecto integral de conservación y restauración”.
El juez dio lugar a un amparo presentado por Milcíades Peña, periodista y presidente de la Asociación Amigos de la Barraca Peña.
El fallo se enmarca en una larga serie de postergaciones de proyectos, abandono y descuido que afecta al conjunto edilicio, testimonio de la historia del Riachuelo y patrimonio de la ciudad de Buenos Aires, que se ubica en Irala y Pedro de Mendoza.
El conjunto que se mantiene en pie está conformado por tres edificios que datan del siglo XIX: la vieja “lanera” y una típica pulpería de época, en cuyo piso superior funcionaba un burdel, y el tercero es un galpón en ruinas bajo el cual fue enterrada una embarcación del siglo XVIII hallada en Puerto Madero en 2008.
El origen de su nombre se remonta a 1774, cuando el empresario gallego Francisco de la Peña y Fernández estableció allí una barraca para el comercio de frutos.
Aunque celebró la nueva decisión judicial, Peña dijo a Télam que teme que la Ciudad apele la medida y siga “haciendo todo lo posible para no hacer nada”.
“Es importante que se proteja el patrimonio. Trabajamos con este tema desde 2004, cuando solicitamos al Ejecutivo que se pusiera en marcha un proyecto de fomento y desarrollo turístico de La Boca y una de las tareas centrales que proponía dicho programa era recuperar el área Barraca Peña” explicó Peña, ex legislador y ex director del Ente de Turismo porteño durante la gestión de Jorge Telerman.
Peña, que también es presidente de la Asociación Civil Amigos de la Barraca Peña, contó que en 2006 se comenzó a trabajar en el área, en base al plan general, recuperando y poniendo en valor patrimonial los edificios y realizando excavaciones arqueológicas.
“Lamentablemente, tras la llegada de Mauricio Macri al Gobierno de la Ciudad, paralizó y abandonó toda la tarea”, detalló y aseguró en tono muy crítico que en 2008 “no se les ocurrió mejor idea que enterrar en la Barraca Peña una embarcación del siglo XVIII hallada en Puerto Madero”.
“Para entrar el barco levantaron el techo que estaba deteriorado y no lo volvieron a cerrar y paredes de 1840 quedaron al intemperie, sin los recaudos suficientes, lo que debilitó sus muros que se cayeron tras un fuerte temporal en 2012. Estamos hablando paredes del siglo XIX”, se quejó el ex funcionario.
Peña aseguró que al año siguiente un amparo judicial le ordenó a la Ciudad reconstruir el lugar, pero esa decisión no avanzó. “La Barraca es un desastre como está, el paredón sigue caído, todavía están apuntaladas las ventanas con las mismas maderas que puse en 2006”, abundó.
En 2017 el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta propuso la creación de una nueva área de protección histórica y ceder parte del predio a la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) para que abordara la restauración, pero esa organización se retiró al poco tiempo del plan, se cayó el convenio y la Barraca Peña volvió al ámbito de la Ciudad.
Al respecto Peña dijo a Télam que “el proyecto que presentaron resultó ser con los mismos planos que yo había presentado en 2007 y que habían rechazado por inviables”.
Con el nuevo fallo, el ex legislador pidió que “se haga algo porque es un lugar fabuloso” y sostuvo que “tendría que haber sanciones ejemplares para los responsables del abandono de la Barraca, ya que es lo que pasaría en cualquier otra parte del mundo”.
Además, enumeró las posibilidades que encierra la restauración del conjunto edilicio.
“Su puesta en valor, en función del turismo, puede generar muchos empleos, rescatando su valor arqueológico, crear una nueva atracción turística rescatando la embarcación y hacer de La Boca un barrio de recorridos, que no sea sólo “Caminito”, finalizó.
FUENTE: www.telam.com.ar