Durante décadas, fue un clásico de los after hours de la City. Escenario de millones de anécdotas e historias, en sus sillas de madera, entre pintas de cerveza y bandejas de pochoclo salado, cuatro amigos -Guibert Englebienne, Martín Migoya, Martín Umaran y Néstor Nocetti- empezaron a bocetar un sueño que, 20 años después, es Globant, uno de los unicornios argentinos que cotiza en Wall Street y que, por estos días, vale más de u$s 9100 millones.
Aunque ya hace unos años que ya no pertenece a la cadena Down Town Matías, el bar, que en los últimos años se llamó The Pinta, fue sinónimo histórico de Reconquista y Viamonte. Sin embargo, ya es otra de las postales que Buenos Aires perdió. Demolido, construirán allí un edificio Covid-friendly, con locales comerciales y terrazas de trabajo, espacios pensados para tiempos de pandemia.
El proyecto está en etapa inicial y lleva la insignia del arquitecto Roberto Parysow. Su altura será de 11 pisos, siete de los cuales serán destinados a oficinas. Además, contará con espacios flexibles de trabajo, estudios con terrazas, un local comercial en la planta baja y dos pisos subsuelos de cocheras.
“Ya lo estamos comercializando con muy buena aceptación. La obra está en una etapa inicial. Se está trabajando la tierra para empezar a edificar”, explicaron desde la desarrolladora Vinsa, que comercializa el edificio. Se prevé la finalización hacia el cierre de 2023.
El pub irlandés Down Town Matías había abierto sus puertas a mediados de 1973. Su primera sucursal fue en San Martín 979. A inicios del corriente siglo, inauguró la emblemática sucursal de la esquina de Reconquista y Viamonte.
Meca de miles de oficinistas, el bar fue testigo, en 2003, de las primeras reuniones entre los fundadores de la empresa tecnológica Globant, que abrió su capital en el Nasdaq a mediados de 2014.
Hoy, es un ambicioso proyecto de oficinas que busca adaptarse en un contexto adverso.
Su demolición el año pasado generó polémica entre los vecinos. Es que no sólo se trataba de un bar con muchas historias por contar, sino que está a solo metros del monasterio de Santa Catalina, un sitio declarado patrimonio histórico de la Ciudad.
Según la agrupación Basta de Demoler, se trataba de un edificio con resguardo patrimonial por estar contenido dentro del área de protección histórica enfrente a la iglesia, un edificio colonial que data de 1745, patrimonio de la historia argentina.
A pesar del reclamo de los vecinos, la constructora, ya con los planos de obra aprobados, comenzó la demolición -el año pasado, sólo días apenas del inicio de la pandemia- y, hoy, ya están en etapa de construcción. “Si la pandemia nos lo permite, tenemos previstos dos años y medio más de obra”, indicaron desde la desarrolladora.
Construir un edificio de oficinas en plena City porteña, en un contexto de pandemia con la llegada del home-office y la reconversión del Microcentro, es arriesgado. Según datos relevados por la inmobiliaria L.J. Ramos, la tasa de vacancia en las oficinas creció acercándose a máximos históricos, (15,7%), aunque todavía se mantiene por debajo del récord alcanzado en 2002 (31%).
Los últimos datos muestran una aceleración en cuanto a metros disponibles, registrando un incremento del 11% respecto del trimestre anterior y del 77,7% en comparación con el mismo período de 2020. Este último dato muestra el impacto de la cuarentena estricta y el trabajo remoto. La zona céntrica es la más afectada, con una vacancia que promedia el 25% en los edificios de la zona.
FUENTE: Belén Fernández – www.cronista.com