La Ciudad Autónoma de Buenos Aires adhirió a la ley nacional N° 27.424, por la cual se establece el “Régimen de Fomento a la Generación Distribuida de Energía Renovable integrada a la Red Eléctrica” y su normativa complementaria. Se aprobó con 51 votos positivos y 3 abstenciones de minibloques de izquierda.
Esta decisión adoptada por la Legislatura local, mediante una ley sancionada este jueves, dispone que se exima del pago del Impuesto sobre los Ingresos Brutos a la “actividad de inyección a la red de excedentes de energía eléctrica generada por el usuario-generador” Igualmente se libera de Impuesto de Sellos “a los instrumentos que se suscriban para el desarrollo de la actividad de generación eléctrica de origen renovable por parte de los usuarios-generadores de la red de distribución para su auto consumo y para la eventual inyección de excedentes a la red”. Además, el “usuario-generador “tendrá una reducción de un veinte por ciento en los Derechos de Delineación y Construcción”.
La ley de la CABA votada hoy fue en base a un despacho de la Comisión de Ambiente, que preside Mercedes De las Casas (VJ), resumiendo las propuestas elevadas en los últimos dos años por los legisladores Roy Cortina y Hernán Arce (PS); De Las Casas, Carolina Estebarena, Paula Villalba y Hernán Reyes (VJ), y por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.
El 30 de noviembre de 2017 el Congreso de la Nación sancionó el marco normativo y el régimen de fomento a la generación de electricidad distribuida a partir de fuentes de energía renovables (ley 27.424). Los considerandos de la comisión de Ambiente señalaron que la capacidad local de generación de energía eléctrica está basada principalmente en combustibles fósiles.
En en el año 2017, la oferta mensual de energía eléctrica estuvo compuesta en un 65.1% por fuentes térmicas, 30.1% hidráulica, 4.2% nuclear y un 0.5% por fuentes renovables. También se apuntó que “el creciente aumento de la demanda y la falta de diversificación de la matriz energética provocaron que el sistema eléctrico nacional haya entrado en crisis”, puesto que “las redes de distribución se encuentran sobrepasadas para sostener los altos consumos que se producen cuando subsisten olas de calor como las registradas en los meses entre diciembre y febrero en los últimos años”.
“La energía proveniente de fuentes renovables y generada en el mismo sitio donde se utiliza es un campo inmenso que se ha sido poco explorado en Argentina”, se agregó en la explicación. Se refiere a aplicaciones hogareñas o en edificios corporativos donde tiene un potencial inmenso y puede desarrollarse rápidamente la generación solar y eólica a baja escala.
Ese sistema denominado microgeneración compite con el precio final de la energía y disminuye la demanda de electricidad de la red general, además de aportar a la limpieza desde el punto de vista ecológico. La novedosa experiencia existe en nuestro país desde hace una década y, en la Ciudad de Buenos Aires, hay más de 800 kWp de potencia en instalaciones fotovoltaicas. La Legislatura, en sus edificios, genera 32.000 kW/h de promedio.
La energía fotovoltaica puede ser utilizada en las ciudades convirtiendo directamente su energía a corriente alterna para el consumo de los usuarios. El excedente se vuelca automáticamente a la red de distribución de luz. El usuario que a la vez es generador de electricidad dispondrá de un medidor bidireccional para contabilizar su consumo y descontar lo aportado por sus paneles a la red de distribución.
La ley nacional, a la que acaba de adherir la Capital Federal, establece un modelo de tarifa diferenciada y créditos para adquirir el equipamiento a ser amortizado con la propia producción energética volcada a la red.
FUENTE: www.legislatura.gov.ar