En 1999 -con una recesión en ascenso y la convertibilidad comenzando a deshilacharse- el ex presidente Carlos Menem presentó un proyecto faraónico: la construcción de una Ciudad Judicial en Parque Patricios. Un mega edificio de 150 metros de largo y 20 pisos de altura para albergar 216 juzgados y 5.000 empleados. Fue meramente un anuncio, porque la obra nunca avanzó. El predio, que en partes quedó desierto, luego se transformó en plaza y tuvo otros usos, pero su futuro preocupa a los vecinos y vecinas del barrio.
Se trata de la plaza Vuelta de Obligado, entre las calles Combate de los Pozos, Pichincha y Brasil, y la avenida Garay; está unida al hospital pediátrico Garrahan, a través de un puente. A la plaza también la llaman “El campito”.
Y a diferencia del resto de los espacios verdes de la Ciudad, este predio de más de ocho manzanas tiene un dueño único, la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La mayor parte de esta extensión es césped, pero sin mantenimiento adecuado, yermo. En un extremo, hacia Combate de los Pozos, funcionó el Buenos Aires Polo Circo, hoy totalmente abandonado por el Ministerio de Cultura porteño. Se pueden ver aún las carpas, pero rotas y vandalizadas. Aportan una visión distópica que no ayuda al barrio.
En los años 70 fue un centro deportivo, incluso con piletas públicas que algunos vecinos aún recuerdan. También fue utilizado por la Policía Federal.
Pese a ser un gran espacio verde, hoy genera más problemas que beneficios. El mantenimiento es precario, no tiene un diseño que vincule los pocos usos que posee, genera inseguridad por la escasa iluminación. Hay dos patios de juegos, ambos en mal estado; uno de ellos antiguo, con hamacas y tobogán de hierro y madera. Hay gente viviendo en situación de calle. Y hay además usos precarios como, por ejemplo, una canchita de fútbol cercada que pertenece a una asociación civil.
Hacia la vereda que da a la avenida funciona una reconocida huerta porteña, “Huerta de Garay”, con casi 25 años de historia. Durante la pandemia sufrieron ocho robos y temieron por la usurpación. Se robaron garrafas, herramientas de jardinería y destrozaron parte del mobiliario, desde una heladera hasta un inodoro.
Nos repusimos, seguimos adelante, pero necesitamos ayuda para mantener la seguridad en el perímetro”, pidió Nélida Santamaría, de 81 años, y a cargo de la huerta desde hace décadas. Le contó a Clarín que en el lugar se dan talleres de huerta orgánica, coordinados por el INTA. Se dictan a todos y todas las vecinas que se acerquen y también a colegios primarios y secundarios. “Y a quien quiera venir a ver lo que hacemos”, agregó.
Lo importante para Nélida es mantener en uso y funcionamiento el lugar. Ahora están con un reclamo ante la Ciudad para recuperar la luz. Fuentes del Gobierno porteño explicaron que la huerta tuvo un permiso “en algún momento”. Mientras que la canchita de la asociación civil, no tendría ninguna habilitación.
¿De quién depende el mantenimiento? El presidente de la Comuna 4 (Barracas, La Boca, Nueva Pompeya y Parque Patricios) charló con Clarín y explicó: “Tenemos 154 espacios verdes en nuestros barrios. Estaríamos en condiciones de hacernos cargo también del mantenimiento de esta plaza. Pero no es propiedad de la Ciudad. Lo que hacemos es un mantenimiento parcial de la zona de juegos, la que da hacia calle Pichincha”, explicó Ignacio Alvarez, del Frente de Todos.
Pero los juegos están viejos y deteriorados. ¿Qué posibilidades hay de colocar los patios de juegos nuevos que se ven en otras plazas porteñas (como la Vicente López o Alemania)? “Con el presupuesto de nuestra comuna es imposible colocar esos patios. Sin embargo, la Ciudad podría otorgarnos un presupuesto extra y podríamos colocarlos y hacer el mantenimiento. Sería muy importante. Estoy convencido que si tenemos un espacio público de calidad, bien cuidado y mantenido como corresponde, los vecinos y vecinas lo cuidarían”, evaluó. Contó que en breve la comuna renovará los juegos de Parque España, en Barracas.
Los usos de la plaza cambian de manera radical entre la semana y los fines de semana. Sábados y domingos se llevan a cabo campeonatos de fútbol y de otros deportes y muchas veces el ambiente se pone “denso”, según resumen la situación los vecinos. “Juegan por plata, entonces es inevitable que la cosa se ponga espesa. Y nadie puede decir nada, porque es mucha gente, cientos de personas. Suben los autos a la plaza, las motos, hacen asados o choripanes. Obviamente después queda todo sucio. Es tan bizarro todo, que hay hasta un escritorio en donde “trabajan” los que organizan”, contó a Clarín un vecino.
Además de las dificultades que se desprenden del predio, el tema de la seguridad es otra preocupación. Otro vecino acompaña a este medio hasta Pasco al 1300 y señala una alarma vecinal. Como sucede en muchos otros barrios del AMBA, en Parque Patricios los vecinos también están organizados con sus Whatsapp e incluso una alarma con parlantes para al menos intentar disuadir a los delincuentes.
Los vecinos organizados de Manzana 66 -que lucharon por la construcción de una plaza en Balvanera- comenzaron a difundir y visibilizar este problema. Y a compartir la experiencia de lo que fue la lucha por conseguir un espacio verde para el barrio: “Es un espacio hermoso que necesita ser aprovechado, no sólo para el barrio, sino para las familias que transitan momentos duros en el hospital. Los pocos árboles que subsisten, son regados y cuidados por los vecinos. La Ciudad nos debe verde y tener este espacio desaprovechado, es una crueldad”, dijo Alberto Aguilera, referente de Manzana 66.
Fuentes del Gobierno porteño informaron que nunca tuvieron indicios de que la Corte mostrara la intención de ceder los terrenos o entregar alguna suerte de usufructo para permitir que se aproveche este espacio verde. Pero al mismo tiempo, la construcción de una Ciudad Judicial no tiene proyecto, ni anuncio. Estos son los motivos por los que los vecinos y vecinas lamentan el abandono al que sucumbe este enorme predio.
FUENTE: Silvia Gómez – www.clarin.com