Hace 35 años, en un Día Mundial del Medio Ambiente, el Concejo Deliberante de la Ciudad le puso nombre y reconoció oficialmente a un área natural que se abrió paso sola a apenas un par de kilómetros de la Casa Rosada: la Reserva Ecológica Costanera Sur.
La Reserva es un oasis de biodiversidad entre el cemento. En diferentes épocas, en ella se divisaron 575 especies de plantas, 307 de aves, 18 de mamíferos, 28 de reptiles y 22 de peces.
Un relevamiento realizado entre abril de 2020 y abril de 2021 por el Equipo Técnico de Conservación de la Biodiversidad de la Secretaría de Ambiente porteña, descubrió 61 especies que, al menos en la Ciudad, sólo se pueden ver en Costanera Sur. Como diferentes tipos de búhos, entre ellos el caburé chico y el burrito colorado. O el pato sirirí o el pájaro caracolero, conocido así porque se alimenta de caracoles.
En un año, este equipo dependiente de la Gerencia Operativa de Reservas Ecológicas y Áreas de Conservación, también relevó la biodiversidad de la Reserva Ecológica Lago Lugano, de los reservorios del Parque Sarmiento y del Jardín Botánico Carlos Thays. Con Costanera Sur, son cuatro biocorredores que permiten que las especies se desplacen por la Ciudad.
Se hicieron 111 muestreos para inventariar 5 grupos taxonómicos: vegetación, aves, reptiles, mariposas y mamíferos. En total, se encontraron 415 tipos de aves; 59 de mariposas; 10 especies de mamíferos y reptiles y 890 variedades de plantas.
Entre esas especies hay aves migratorias, como la golondrina parda, el churrinche, el benteveo rayado, el halcón peregrino y el aguilucho langostero. Y mariposas como la bandera argentina, la espejitos, la monarca, la dama manchada y la pasionaria mexicana.
Entre los mamíferos se relevaron coipos, comadrejas overas, cuises y carpinchos.
En el caso del Lago Lugano, hay 6 especies propias, entre las que está la lechuga de campanario, el pato de cabeza negra y el cuervillo cara pelada. Y en Parque Sarmiento, una. Es la golondrina de ceja blanca. Entre los cuatro parques relevados, hay 38 especies en común.
La Reserva Ecológica que nació entre los escombros
El 11 de septiembre de 1918, en una franja antes abandonada del Río de la Plata, se inauguró el balneario de Costanera Sur. Con su rambla, escalinata hacia el río, glorietas y, faroles y jardines, muy pronto se convirtió en uno de los paseos favoritos de la Ciudad. Su esplendor se extendió hasta los años 60.
Pero el agua se fue contaminando cada vez más y dejó de ser segura para los bañistas. La zona se fue deteriorando hasta que, en 1972, surgió la idea de ganarle terrenos al río frente al balneario para construir un “Centro Administrativo”.
A la manera de los polders holandeses, se hicieron terraplenes con escombros de las demoliciones para ampliar la 9 de Julio y para construir la autopista 25 de Mayo. Y los espacios se rellenaron con sedimentos del Río de la Plata.
En 1978, las tierras fueron transferidas a la Ciudad. El proyecto del centro administrativo quedó en la nada, aunque la descarga de materiales continuó hasta 1984. El lugar, ya sin destino, se convirtió en el caldo de cultivo ideal para que la naturaleza se abriera camino.
Con los sedimentos y los escombros habían llegado semillas. Empezó a crecer la vegetación y aparecieron animales. Así, a apenas cuatro cuadras del centro porteño se fue conformando un paisaje típico del delta y la ribera rioplatense, similar al que había antes de la colonización.
La gente descubrió este microclima mucho antes que los funcionarios. La Asociación Amigos de la Tierra, Vida Silvestre y Aves Argentinas empezaron a trabajar para que las autoridades de la Ciudad para que fuera un área protegida. Ya por entonces, organizaban visitas guiadas para generar conciencia acerca de la riqueza y biodiversidad de la zona.
El reconocimiento oficial llegó el 5 de junio de 1986, cuando el entonces Concejo Deliberante aprobó una ordenanza declarando al predio Parque Natural y Zona de Reserva Ecológica. Fue la primera área protegida de la Ciudad.
En 2005, además, fue declarada como “Sitio Ramsar” por la Convención dedicada a la conservación de los humedales del mundo.
Hoy cuenta con 350 hectáreas con cuatro lagunas, un vivero de especies nativas, un centro de rescate de fauna silvestre y un Centro de Interpretación. También hay una playa, aunque está prohibido bañarse en el río.
Entre la resistencia que generó en algunos sectores inmobiliarios que la Ciudad le “regalara” a la naturaleza valiosos terrenos y el descuido, la Reserva sufrió más de 500 incendios en todos estos años.
Desde 2018, un sistema de cámaras térmicas alerta sobre posibles focos. Y ante una alarma, se acciona de inmediato, con la intervención de bomberos voluntarios, de la Ciudad y de una brigada forestal propia de la Reserva.
La biodiversidad de la Reserva Costanera Sur
En la Reserva se encuentran tres ecorregiones: pastizal pampeano, espinal y delta.
De acuerdo al informe de la Secretaría de Ambiente porteña, entre las 575 especies de plantas de la Reserva hay plumerillos, sauces criollos y alisos de río, ceibos, totoras y juncos.
También se pueden ver 307 especies de aves como el benteveo, el chingolo y el barillero y otras más grandes como el carancho, el chimango, el chajá y el gavilán.
Durante la historia de la Reserva Ecológica Costanera Sur, además, se han avistado 18 especies de mamíferos entre los que se cuentan la zarigüeya, el murciélago y hasta el lobo marino peletero. También hay roedores como el coipo, el cuis y el ratón. Aunque no todas estos animales fueron hallados en el último relevamiento.
Entre los juncos se desplazan tortugas de laguna, tortugas de cuello largo y tortugas pintadas. También, lagartos y víboras. En total se han encontrado 28 especies de reptiles.
Además, hay 22 especies de peces, desde mojarras hasta dorados, y 12 de anfibios.
“Para muchos vecinos la Reserva Ecológica Costanera Sur es un lugar de paseo. Pero además, cumple un rol fundamental para la conservación y la preservación de aves, insectos y plantas. Nuestros especialistas y técnicos se dedican a cuidar y fomentar esa biodiversidad”, sostiene Eduardo Macchiavelli, el secretario de Ambiente de la Ciudad.
El Lago Lugano, la reserva ecológica del sur porteño
En un antiguo meandro del Riachuelo se desarrolló otra reserva ecológica: la del Lago Lugano. Son 36 hectáreas alrededor de ese espejo de agua y la costa del Arroyo Cildáñez, en Villa Soldati.
En esa zona se desarrolló vegetación autóctona, como la Orquídea del Talar, que crece en la ribera del lago y del Cildáñez. Declarada Flor Simbólica de la Ciudad de Buenos Aires, reapareció en esta área del sur porteño después de años sin ser vista en el ámbito porteño.
En total, en esta reserva se encuentran 130 especies de aves, 14 de mariposas, 2 de mamíferos, 3 de reptiles y 299 de plantas.
Los reservorios Carau, del Carpintero, del Cardenal y del Cisne fueron construidos en 2014 en el Parque Sarmiento. Su objetivo era mitigar las inundaciones en los barrios de Saavedra, Núñez, Belgrano y Villa Ortúzar. Con una capacidad de hasta 250.000 metros cúbicos , sirven para retener el agua excedente de las grandes lluvias y contener el derrame del arroyo Medrano.
Pero estos cuatro reservorios, que abarcan unas 8,5 hectáreas de superficie, tuvieron un rol no buscado. Atrajeron vida. Por eso el área también fue declarada reserva ecológica.
Hay 40 especies de aves, como patos barcinos, garzas y macáes. Y reptiles como los lagartos overos. En el relevamiento oficial se encontró que sólo en esta zona pueden avistarse golondrinas de ceja blanca.
FUENTE: Nora Sánchez – www.clarin.com
