Se llama “Proyecto Costa Urbana”. Fue presentado oficialmente este jueves y significará una de las transformaciones más grandes que vivirá la Ciudad en los próximos años. Pero sobre todo, vendrá a darle una vida a la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors, el predio que desde hace décadas está sin aprovechar en Costanera Sur. ¿Qué habrá? Un parque público, un paseo costero, otro recorrido peatonal, viviendas, comercios y varios emprendimientos.
El desarrollo fue presentado por la empresa IRSA, dueña del terreno, luego de que el Gobierno porteño adelantara que había alcanzado un acuerdo con la firma y que enviará la semana que viene un proyecto de ley a la Legislatura porteña para que lo apruebe. La empresa cederá 47 de las 71 hectáreas para armar un espacio público, a cambio de que le autoricen la construcción del barrio en el resto de la parcela.
En el marco del convenio con la Ciudad, la empresa no solo cede esas tierras sino que también se compromete a ocuparse del mantenimiento del parque por 10 años. Además, financiará parte de un fondo especial que el Gobierno porteño creará para desarrollar proyectos urbanísticos en otras zonas de la Capital.
El despacho tiene que ser aprobado una vez, luego sometido a una audiencia pública obligatoria pero no vinculante, y posteriormente tiene que ser votado una segunda y definitiva vez. En ambos casos, con al menos 31 votos (en principio, el oficialismo los tiene).
Tras la doble aprobación legislativa, que podría darse de ahora a fin de año, la empresa podría iniciar los trabajos. Aunque dada la magnitud del proyecto, el desarrollo irá avanzando durante los próximos 15 a 20 años, estimaron en la empresa. Una transformación bastante similar a la que se fue dando en Puerto Madero.
¿En qué consistirá? El futuro barrio “Costa Urbana” tiene dos sectores. En las 47 hectáreas públicas se montará un parque de acceso libre, con un paseo de 4,2 kilómetros con bicisendas y un frente costero por el cual los vecinos podrán llegar a ver el Río de la Plata.
Además, en ese espacio público habrá un espejo de agua, alimentado por el propio río.
Estas instalaciones ocuparán más de la mitad de la parcela, ubicada al sur de la Reserva Ecológica y la urbanización de la villa Rodrigo Bueno. Llegando por la avenida España, el parque tendrá 550 metros de frente y entre 1300 y 1500 metros de largo según el lado, para terminar en un borde costero de unos 480 metros.
El segmento restante del terreno es el que está más hacia el sur, bordeado por la prolongación de la avenida España, y hacia el sector de la isla Demarchi.
En esa zona es donde se permitirán las construcciones de IRSA. Habrá dos partes: primero, un corredor peatonal que estará flanqueado por dos “tiras” de bloques de edificios, que tendrán planta baja y entre 6 y 10 pisos, aproximadamente. La segunda franja, bien al sur, tendrá edificios más retirados, y de mayor altura (el tope son 98 metros).
Además, en el espejo de agua, habrá una especie de península, de forma circular, que junto con construcciones privadas tendrá también un sector unido al paseo peatonal, y terminará funcionando como un mirador hacia el parque y el agua.
La mayor parte de las edificaciones se destinarán a viviendas. Pero la idea es que haya “mixtura de usos”, como se define catastralmente. Por eso, junto a las viviendas habrá locales comerciales, restaurantes, oficinas y otros emprendimientos, desde un sanatorio o un hotel hasta establecimientos educativos.
“Estimamos que esta nueva zona albergará a unas 6.000 familias. Nuestra intención es que Costa Urbana tenga una población lo más diversa posible. Habrá unidades de todas las medidas porque es impensable hacer 6.000 departamentos para el segmento socioeconómico más alto”, explicó Eduardo Elsztain, presidente del grupo IRSA.
Entre edificaciones, infraestructura de servicios, espacios públicos, apertura de calles y otras instalaciones, se espera una inversión de unos 1.800 millones de dólares. En IRSA aseguraron que se generarían unos 10.000 puestos de trabajo directos durante la construcción.
La ex Ciudad Deportiva es un relleno costero que se empezó a armar en 1965, y que Boca Juniors inauguró en 1975, con piletas, canchas de tenis, una confitería y un parque de diversiones. Pero el proyecto integral, que incluía un estadio para 150.000 personas, nunca pudo ser concluido por problemas económicos, así que el terreno fue quedando abandonado. En 1991, Boca lo vendió.
Desde entonces IRSA desarrolló varios proyectos para urbanizar el terreno. Pero la Legislatura porteña nunca lo aprobó.
FUENTE: Pablo Novillo – www.clarin.com