La Cámara de Apelaciones porteña volvió a frenar la demolición del último de los cien chalets del trazado original del barrio de Parque Chas. Lo hizo al revocar la sentencia de primera instancia del caso y al ordenar al gobierno porteño que suspenda todo permiso de obra en el lugar, mientras que el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP) deberá volver a analizar la posible catalogación del inmueble. Pese a los reclamos de vecinos y vecinas, y a la recomendación de arquitectos y especialistas en patrimonio, el consejo había desestimado el año pasado la patrimonialización del lugar.
Cuatro meses pasaron desde que los vecinos y vecinas de Parque Chas escucharon por primera vez los ruidos que desatarían el conflicto. La mañana del 17 de diciembre despertaron con lo que recuerdan como “golpes ensordecedores” en el chalet de la esquina de Ávalos y La Pampa. Habían comenzado los trabajos de demolición del último inmueble de su tipo, vestigio del loteo original con el que, en 1925, Vicente Chas dio inicio al tradicional trazado laberíntico que caracteriza al barrio. Organizados con protestas y abrazos al lugar, el colectivo Somos de Parque Chas decidió acudir a la Justicia mediante una acción de amparo en conjunto con el Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC).
Esa vía les dio ahora una buena noticia. Antes, habían recibido una mala, cuando el Juzgado N°2 de feria decidió en pleno enero rechazar la medida cautelar solicitada y autorizar el avance de la demolición amparado en la anterior decisión del CAAP. En el medio, las obras prosiguieron con la remoción del techo del inmueble, aunque sin concretar del todo los trabajos en el lote donde se proyecta un edificio de departamentos. Fernanda Cataldi, vecina del barrio e integrante del colectivo, contó ahora a Página 12 que el lugar quedó “a medio demoler”, panorama que ratifica Jonatan Baldiviezo, abogado del ODC que impulsa el amparo y que señaló que “aunque nos rechazaron la cautelar, la demolición continuó frenada de hecho”.
Así seguirá por ahora el chalet en función del nuevo fallo judicial, ahora con la firma de Pablo Mántaras y Fabiaka Schafrik, jueces de la Sala N°1 de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso, Administrativo y Tributario. Los camaristas decidieron revocar el fallo de origen y ordenar cautelarmente el freno de “toda autorización de demolición o permiso de obra en el inmueble” hasta que el CAAP “se pronuncie de manera expresa y fundada respecto al valor patrimonial del inmueble”.
Para eso, el fallo indica que el consejo deberá emitir un nuevo dictamen dentro de los diez días hábiles posteriores al fallo y considerar allí “los criterios de valoración histórico cultural y ambiental establecidos en el Código Urbanístico (CUR)”. Los jueces consideraron también que la medida es urgente ya que “de no detenerse en esta instancia cautelar la demolición, su reparación ulterior podría ser, si no imposible, sumamente costosa, generándose entonces una afectación irreversible al patrimonio urbano”.
Los camaristas también se expidieron sobre las características de la decisión del CAAP, que a mediados del año pasado desestimó la posible catalogación del chalet al considerar que “no presenta características arquitectónicas relevantes” y que “su resolución morfológica y su tratamiento material y ornamental son de escasas cualidades estéticas”. Frente a esto, los camaristas señalaron que el dictamen “no puede tenerse como válido”, ya que no presenta “referencia alguna ni al criterio histórico-cultural, ni al ambiental”, y que no sigue lo establecido por el artículo 9.1.2.2 del CUR, que define los criterios de evaluación para la catalogación del los inmuebles.
En el fallo también se hace referencia a los dictámenes enviados al CAAP por la arquitecta Magdalena Eggers y la historiadora del arte Isabel Plante, que defendieron el valor del inmueble y no habrían sido tenidos en cuenta por el consejo. Eggers indicó que el chalet tiene particular valor en tres términos: arquitectónico, urbanístico e histórico. En cuanto al primero, señaló que su “modelo pintoresquista” fue un “diseño de avanzada, muy alejado de las típicas casas tipo ‘chorizo’ de la época”; en cuanto a lo urbanístico apuntó que es el único chalet de su entorno sin modificaciones; en cuanto a lo histórico aseguró que se trata del último vestigio del “primer gran loteo de un nuevo barrio que en los años siguientes se promocionaría como único en Sudamérica”.
“El chalet que defendemos tiene un valor histórico y patrimonial clave, en tanto ejemplo único de una propuesta urbana y arquitectónica para sectores medios y bajos. No se trata de un petit hotel perteneciente a familias patricias o de la alta burguesía local, sino de un sitio histórico vinculado a la expansión urbana de Buenos Aires y a su singular historia inmigratoria”, agregó Puente.
Con la demolición frenada, el destino definitivo del inmueble dependerá de la decisión judicial que llegará recién luego de que el CAAP presente su nuevo dictamen. Mientras tanto, los vecinos y vecinas, conscientes de que el estado del inmueble es crítico, no pierden la esperanza de que se pueda recuperar de algún modo: “Está desocupado hace décadas y sabemos que sostener una casa de estas características implica un costo económico importante. Pero ahí es donde debe responder el Estado con políticas públicas que preserven los bienes que son parte del patrimonio cultural de los vecinos de Parque Chas y de todas las personas que circulan por la zona”, sostienen.
FUENTE: Santiago Brunetto – www.pagina12.com.ar