El proyecto de modificación del Código Urbanístico (CUR) de la Ciudad de Buenos Aires se presentó oficialmente ante la Legislatura porteña y ya comenzaron las reuniones de discusión en la Comisión de Planeamiento Urbano.
El CUR ordena “el tejido urbano, los usos del suelo y las cargas públicas, incluyendo los espacios públicos y privados, y las edificaciones que en éstos se desarrollen”, teniendo en cuenta las condiciones ambientales, morfológicas y funcionales de la Ciudad. Además, regula asuntos relacionados a las cesiones de espacio público, el parcelamiento y apertura de vías públicas, el sistema de movilidad, la edificabilidad, lineamientos del hábitat, reurbanización e integración socio urbana, la protección patrimonial e identidad, los instrumentos de desarrollo territorial y los programas de actuación urbanística.
Mediante el Plan Urbano Ambiental (PUA) se constituye el marco al que se ajusta el Código. Cada vez que se plantea un cambio, se pone en discusión el Código/ Plan/ Plan/ Código, en una especie de loop que parece no tener salida, a pesar que en este sentido la Constitución de la Ciudad define claramente un orden de prelación: ¿Por qué tratar un Código si aún no se han cumplido los procesos de actualización del PUA?
Las tensiones permanentes entre los diversos actores sociales, las consecuencias del CUR de 2018, los reclamos vecinales en barrios concretos y las promesas de campaña movilizaron una nueva propuesta que avanza, retrocede o mantiene parte de los instrumentos que construyen la Ciudad.
Afortunadamente, la evolución de la democracia, de la tecnología, de la información y del acceso a la información, acrecientan la posibilidad de que cada vez más los ciudadanos y ciudadanas de la Ciudad estén informados y sean activos participantes desde distintos espacios organizados o individualmente de lo que sucede en su cuadra, barrio, comuna. Por eso, muchos vecinos y vecinas están movilizados preguntando qué pasara en sus barrios.
La fundamentación de los cambios, el por qué, para qué y cómo abordar desde los instrumentos urbanos el principio de “no dejar a nadie atrás” en una ciudad que profundiza desigualdades, será parte de la discusión. Desde Ciudad Auditada, una iniciativa de Fundación Éforo, seguiremos este proceso y abordaremos esta problemática convocando a distintos referentes que puedan mostrar los distintos lados y miradas de la ciudad.
FUENTE: María Alejandra Olivarez – elauditor.info