El Cultural Fontanarrosa pone en escena una propuesta conceptual que marca el nuevo rumbo hacia una transformación en cuanto al tipo de programación y de la reforma edilicia de ese espacio cultural. Esta nueva idea, que integra instalaciones, charlas, música, tecnologías y juegos, está basada en dos conceptos el placer y el ocio. Esta modalidad de programación apunta también a establecer un recorte generacional donde las propuestas artísticas hagan foco en un público centrado en los jóvenes y adolescentes.
En diálogo con Rosario3, Enrique Gabenara, director del Cultural Fontanarrosa, dio detalles de los cambios que se vienen para ese espacio.
-¿Qué es Nave Club?
-Nave club es la segunda propuesta y la más conceptual del Cultural Fontanarrosa que es un poco el tránsito hacia la instancia previa de la reforma general del Fontanarrosa. Un poco es la marca hacia dónde va el Fontanarrosa en cuestión de programación y de propuesta cultural. Es una propuesta obviamente integral, donde acontecen muchas cosas al mismo tiempo, pero tiene esa impronta de tratar de que la ciudadanía vaya viendo el proceso de cambio de lo que era el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa hacia el Cultural Fontanarrosa.
Es una propuesta de instalaciones, de charlas, y todo vinculado a una idea que estamos trabajando que es sobre el placer y el ocio. Trabajar sobre esos dos conceptos, donde el placer y esa instancia del tiempo libre, del ocio y demás esté presente en todo. El placer de las colecciones, el placer de la cuestión lúdica de juegos, el placer específico sobre las cuestiones de sexualidad, sobre psicoanálisis y demás, planteado obviamente desde un punto de vista más descontracturado.
Dentro de eso están las propuestas musicales del corte que nosotros venimos realizando desde principio de año que tiene que ver con esta escena indie y de instalaciones más tecnológicas como el EspacioLab. Nosotros estamos trabajando en la recuperación de algunos lugares que no veníamos utilizando, por ejemplo, la parte del bar, y ya la integramos directamente a toda la planta baja. Vamos a ir recuperando, a medida que vaya avanzando el tiempo, los distintos niveles que tiene el Fontanarrosa, los distintos pisos, hasta que en algún momento entremos en alguna obra general con un recambio de imagen, con un recambio edilicio, con un montón de propuestas.
La intención es que la ciudadanía vaya experimentando conjuntamente con el equipo del Fontanarrosa este proceso de cambio y que lo vaya viviendo a medida que lo vamos transitando.
-¿Esto cambiará de alguna manera el modo de programación de ese espacio? Antes convivían, en un mismo momento en el Centro Cultural charlas, muestras, conciertos de diferentes temáticas…
La idea es que sea de modo conceptual, que se trabaje sobre conceptos, obviamente sobre una cuestión también de programación, pero básicamente es cada área que nosotros vamos a estar trabajando, cada espacio, cada piso, va a tener su concepto de realización. Un poco la idea es que el Fontanarrosa sea un generador de esos contendidos más allá de la posible vinculación que nosotros podamos tener con colectivos artísticos y demás. No ser una recepción de proyectos en sí, sino una elaboración de contenidos propios del Fontanarrosa.
-¿Con este tipo de programación el Fontanarrosa hace también un recorte generacional dentro del público al que apunta con estos proyectos?
-Sí, a futuro vamos a estar trabajando sobre esta mirada tecnológica desde las industrias culturales, como interviene lo tecnológico en el proceso artístico y con este recorte que seguimos trabajando sobre esa línea, que es entre este espacio de adolescentes y jóvenes con un anclaje fuerte sobre ese segmento. La idea es esa, es poder generar esos procesos donde esté vinculado también lo tecnológico, donde esté vinculado ciertos conceptos con respecto a esto de que sean sucesos y encuentros lo que se desarrolle en el Fontanarrosa siempre pensando en otro tipo de paradigma.
También es ir poniendo el foco más que nada en estos tiempos muchas cuestiones conflictivas que está pasando la sociedad que tiene que ver con esta cuestión de reivindicar los lugares de placer, los lugares de deseo, los lugares de ocio, y de poder generar en medio de esta dinámica, en el medio donde está enclavado el Fontanarrosa, en el centro, y que sea un lugar donde pueda estar puesto en valor también estas cuestiones que a veces quedan relegadas en estas cuestiones coyunturales.
FUENTE: A. Simonetto – www.rosario3.com