La basura en las calles preocupa a los vecinos de algunos barrios de la Ciudad. Con un esquema de recolección establecido, que los residuos queden por momentos afuera de los contenedores tiene que ver con diferentes factores. En una recorrida, Clarín relevó testimonios sobre lo que ocurre en distintos puntos y en diferentes franjas horarias. Y hay al menos tres problemas que son los que más quejas generan en los vecinos.
Tienen que ver con la acumulación de bolsas que se sacan fuera de horario en los contenedores, el olor que genera la basura cuando queda desparramada y también las zonas turísticas o de alto tránsito comercial, que son grandes generadores y no siempre cumplen con las regulaciones.
Gloria sale a trabajar todas las mañanas desde su casa en Once y para ella es frecuente encontrarse con basura en los cordones de las veredas, o con cestos saturados y hasta bolsas de plástico paseando por las calles sin que nadie las agarre.
Dice que parte del problema en su barrio tiene que ver con las manzanas de la zona comercial de Once. En donde, además de cientos de comercios, hay manteros y vendedores ambulantes de todo tipo de mercadería. Explica que allí se genera mucha basura que luego cae a los desagües.
“Todo lo que comen lo tiran en el piso, las bandejas, las bolsas de las que sacan la ropa que venden, luego quedan flotando por las calles. Ahí se tapan todos los desagües con las bolsas, generan mucho plástico. Y en ese cuadrante el olor a pis es tremendo, sobre todo al lado de los contenedores”, añade la vecina.
Se refiere a un fenómeno que se da en lugares de alta concentración de gente, ya que son muchos los que, ante la falta de baños públicos, una carencia de la Ciudad que suma décadas, orinan en la calle.
“Donde estoy yo se acumula una enorme cantidad de basura. Lo que más preocupa es el tema de los olores, porque realmente descompone. Y en estos días de calor también tenemos miedo por las enfermedades infecciosas que se puedan generar con toda esta basura. A esto se le suma la proliferación de ratas y cucarachas”, cuenta Nahuel, vecino de Balvanera.
“Básicamente es vivir entre la basura y no poder circular, porque directamente ya por debajo del puente, cuando llegás a Rivadavia, no podés pasar, y el olor es insoportable. Y de eso no se está ocupando absolutamente nadie”, amplía.
“El horario para sacar la basura es de 19 a 21 todos los días, menos los sábados, que no hay recolección. Si se saca la basura fuera de esos horarios, es más probable que que se genere acumulación. También se suma que, debido al alto nivel de pobreza, mucha gente recorre la ciudad y abre las bolsas para revisar la basura, y eso se resuelve recién cuando se hace la recolección”, explica a Clarín Pedro Comin Villanueva, subsecretario de Higiene Urbana del Gobierno de la Ciudad.
“Hay más de 30 mil contenedores. Si la basura la sacamos solamente de 19 a 21 nos aseguramos que la recolección sea efectiva y que el contenedor esté vacío durante todo el día. Están muy habituados a que sacar una o cinco bolsas a las siete de la mañana o a las siete de la tarde es lo mismo, y eso hay que repensarlo”, sostiene.
La Ciudad está dividida en zonas en las que están a cargo de la recolección y la higiene distintas empresas privadas. Así, la zona 1 (Comuna 1) está a cargo de AESA (Aseo y Ecología S.A); la zona 2 (Comuna 2,13 y 14) de CLIBA.
Por otra parte, la zona 3 (Comuna 11,12 y 15) la tiene Solbayres; la zona 4 (Comunas 9 y 10) queda a cargo de Nittida; la 5 (Comuna 8) es regulada por el Ente de Higiene Urbana; la 6 (Comuna 5, 6 y 7) está bajo control de Ashira Martín y Martín; y por último, la zona 7 (Comunas 3 y 4) es manejada por UrBAsur.
Restaurantes y turismo
Valeria vive en San Telmo y, para ella, uno de los problemas que más persisten en su barrio está vinculado al gran caudal de turistas que llegan sobre todo los fines de semana. “Se ve mucha más basura cerca del fin de semana, porque los boliches o bares empiezan a tirar los residuos cuando abren sus puertas”, comenta.
La vecina explica que, sobre todo los domingos, la cuestión en torno a la basura se intensifica mucho y se nota en las calles cercanas a la Feria de San Telmo: “Si bien hacen una limpieza, porque lo reclamamos mucho, en las calles transversales a la feria queda una mugre importante”.
En Puerto Madero, Viviana cuenta una situación parecida: “Acá los bares sacan todo afuera, incluso hay un bar flotante y eso genera mugre en el dique 3, en el agua. Y hay mucha más basura que la que había cuando los bares quedaban adentro, porque ahora la gente tira la basura y esta cae a los diques, y eso genera muchísima contaminación de residuos en el barrio”, describe la vecina.
Luego añade: “No estarían cumpliendo con la normativa de contratar ellos un servicio propio de recolección, porque la basura se saca de 19 a 21 y obviamente la generan por la madrugada. Entonces, ellos tienen la obligación por ley de contratar a su propio servicio de basura y no todos lo hacen”.
Comin Villanueva manifiesta que actualmente se está implementando la nueva normativa para los polos gastronómicos de la Ciudad: “Revisamos el criterio y nos dimos cuenta de que el problema de la basura y la gastronomía se cruzan cuando hay muchos restaurantes juntos”, dice y agrega: “Lo que hicimos fue definir los polos gastronómicos que son grandes generadores de residuos y que, por ende, tienen que gestionar la contratación de una empresa privada que se encargue de la recolección. Ellos no pueden usar los contenedores debido al horario de su actividad, y entiendo que los vecinos estén cansados de levantar la basura que estos generan”.
Cestos papeleros
Otro factor de conflicto para algunos vecinos son los cestos papeleros que están colgados de postes, sobre todo en esquinas, pero tambien en la mitad de cuadra.
“No están en buen estado. Además, hay cartones y envoltorios de televisores en la calle, por ejemplo. Los cestos que hay son tipo buzón y son muy chicos. La gente tira la basura y la mitad se cae afuera. Se ve basura que antes no se veía”, opina Paula, vecina de Palermo.
Muchos de los vecinos señalan que algunos basureros están “mal ubicados” o que es poco estudiado el lugar para colocarlos. Otros opinan que en varias oportunidades estos son arrancados y luego tirados al suelo. Por eso, hay barrios en los que macetas y canteros también tienen basura.
“Los cestos papeleros no solo los tenés en las esquinas, sino también en los lugares de alto tránsito. En total, en la Ciudad tenemos un poco más de 50 mil. Aunque también pasa que hay una tasa de vandalismo que es altísima y los cestos se roban para vender el plástico”, dice Comin Villanueva.
En cuanto a cómo es la operación de limpieza, explica: “Los cestos saturados los tiene que vaciar el barrendero todas las mañanas, y en las zonas de alto tránsito se debe hacer cada vez que se llenan. Yo no creo que falte un lugar donde tirar un papel o una bolsita. Pero al mismo tiempo, si no hay, es mejor guardar lo que hay para tirar y buscar otra opción en la cuadra siguiente”.
Baños públicos y olor a pis
Para Viviana, el uso del espacio público como baño es un problema que creció en los últimos años. “No hay baños públicos y esto está muy asociado a la higiene de los lugares porque se incentiva, sobre todo después de la pandemia, a que hagan todo al aire libre. Pero después esa gente tiene que hacer sus necesidades y no tiene dónde. Entonces recurre a la calle o en los árboles”.
“Es volver a 1850, y el Gobierno de la Ciudad se ha empeñado en no abrir baños públicos porque no es viable. La falta de baños públicos contribuye a la falta de higiene”, agrega la mujer.
Al respecto, Comin Villanueva afirma: “Te diría que si la gente hace sus necesidades en la calle no es por falta de baños públicos sino por mala educación. No sé si la solución al problema sería poner baños públicos. Creo que tiene que ver más con el mal uso del espacio público y de cómo cuidamos los bienes comunes que nos pertenecen a todos”.
Nahuel, el vecino de Balvanera, rescata que para mejorar la situación de higiene urbana también es necesario que el Estado haga campañas de concientización dirigidas a los vecinos, ya que muchas veces la contaminación del espacio público es parte de una cadena en la que todos pueden contribuir a mejorar algún aspecto.
FUENTE: Malena Nazareth Martos – www.clarin.com