El diseño, la construcción y el traslado del Monumento a la Carta Magna y a las Cuatro Regiones Argentinas, más conocido como “Monumento de los Españoles”, no fueron tareas fáciles. Entre 1908 y 1927 hubo una serie de eventos que pusieron en riesgo más de una vez a esta mole de mármol de Carrara donada a la Argentina por los españoles residentes en el país. Ahora, a 95 años de su inauguración, avanza una obra de restauración.
Definitivamente es imposible imaginar el cruce de las avenidas Sarmiento y del Libertador, en el barrio de Palermo, sin la figura de la República, la “gran dama de mármol” sosteniendo la llama de la libertad y rodeada de alegorías. La túnica que la envuelve se infla, los pliegues tallados en el mármol expresan de una manera increíble cómo el viento atraviesa a la mujer en las alturas.
Por estos días, el basamento de esta obra de arte monumental se encuentra oculto detrás de un andamio debido a que se llevan a cabo tareas de restauración y puesta en valor. Ya en 2019 se habían realizado trabajos similares pero en la parte superior.
El basamento, que incluye también a la fuente circundante, tiene deterioros típicos vinculados a los factores climáticos, como la erosión que provocan la lluvia, la polución en las superficies, la degradación de juntas o la acumulación de sales.
Pero también está afectado por factores biológicos, como el musgo. A diferencia de la parte superior del monumento, la base se salva de los nidos de palomas, pero no del vandalismo: tiene faltantes y hasta grafitis.
Según la información que compartió el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño, la restauración será integral. Incluye la limpieza manual y con hidrolavadoras; el retiro de material desprendido del monumento y de vegetación, y la reparación de las juntas que unen los bloques del monumento flojas o deterioradas.
Además, construirán moldes para reproducir las piezas que faltan o que están deterioradas. Al finalizar se colocará una protección hidrorepelente, que impermeabiliza la obra y la protegerá de la intemperie y el musgo.
Una obra con fondos privados
El de los Españoles será el primer monumento restaurado a través de un convenio de patrocinio: los fondos son aportados por una empresa privada. Este acuerdo fue firmado entre el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción porteño y la firma Samsung.
La empresa financiará otras tres restauraciones. Una es la del monumento que donó la comunidad siria a la Argentina, ubicado en una plazoleta entre el Paseo del Bajo y el CCK. También la de “El Arquero de San Sebastián”, del escultor Alberto Lagos, que está en la Plaza República de Chile, frente al Museo de Arte Decorativo. Y la del Monumento a Giuseppe Garibaldi, que se encuentra en Plaza Italia.
Los trabajos se realizarán con restauradores externos, “pero serán fiscalizados por nuestros especialistas del área de Monumentos y Obras de Arte (MOA)”, aclararon desde el el Ministerio de Espacio Público.
En el caso específico del Monumento de los Españoles, la empresa colocó la publicidad en la envolvente del andamio y, a cambio, aportó los materiales y el personal de restauro, según informó el área.
“Nuestra intención siempre es entablar puentes entre el sector público y privado, para potenciar esfuerzos que enaltezcan nuestra Ciudad. Gracias a este acuerdo de patrocinio podemos avanzar en la puesta en valor de varios monumentos emblemáticos”, dijo la ministra, Clara Muzzio.
Los contratiempos que conspiraron contra el Monumento de los Españoles
¿Qué pasó entre 1908, cuando fue encargado el monumento, y 1927, cuando lo inauguraron? De todo. La génesis de este conjunto escultórico tiene que ver con el Centenario de la Revolución de Mayo. Muchas colectividades donaron al país obras de arte como símbolo de amistad y agradecimiento a un país que recibía a muchos inmigrantes, que llegaban principalmente de España e Italia.
De hecho, en una de las caras del monumento se cita una frase del preámbulo de la Constitución Argentina: “Y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”.
En 1908 le encargaron el diseño del monumento al artista plástico español Agustín Querol Subirats. Llegó a realizar los bocetos de la obra, pero falleció en diciembre de 1909, poco antes de la colocación de la piedra fundamental, lo que ocurrió en 1910.
La obra pasó entonces a manos de Cipriano Folgueras Doiztúa, un artista plástico también español. Pero como Querol Subirats, falleció poco tiempo después. Finalmente, el monumento fue completado por Antonio Moliné. Esto demoró al menos dos años el comienzo de los trabajos.
A esta sucesión de artistas le siguió una huelga, pero en Italia. La protesta se realizó en las canteras de los Alpes Apuanos, ubicados en la zona de la Toscana, en la provincia de Massa y Carrara. De allí es el famoso mármol.
Más adelante se sumó otro contratiempo: el 20 de septiembre de 1914, una tormenta que se desató en Buenos Aires le amputó el brazo izquierdo a la figura de la República.
Existen dos versiones sobre como ocurrió el accidente. Algunos han documentado que el brazo se partió cuando la figura aún no estaba colocada en su lugar, porque habría caído sobre ella la rama de un árbol. La otra versión cuenta que un rayo cercenó el brazo de la “gran dama de mármol”.
De una forma u otra, esta rotura realmente existió. Cuando fue reciclada en 2019, un trabajador del MOA le contó a Clarín que para subsanar el problema se colocó una cruz de hierro en el interior del brazo. “El hierro continúa en el mismo lugar y se puede ver la marca de la rotura en el brazo izquierdo de la escultura”, reveló.
La siguiente demora, en marzo de 1916, involucró a las figuras que ahora serán restauradas: se trata del grupo escultórico que se encuentra en el basamento. Representa a las cuatro regiones del país: Los Andes, el Río de la Plata, La Pampa y el Chaco.
Estas figuras son de bronce, pero no son las originales, sino duplicados. Las originales se perdieron en un naufragio. Venían viajando desde Barcelona en el Príncipe de Asturias. El transatlántico chocó con una roca frente a Ilha Belha (Brasil) y se hundió. Murieron 450 personas y se perdieron las cuatro esculturas.
Recién un año después se solicitaron las reposiciones a España. Las nuevas figuras tardaron dos años en llegar y luego quedaron retenidas en la aduana durante un tiempo indefinido. A esta altura hay un gris en la historia y poco se sabe sobre qué pasó en los años siguientes.
En 1926 hubo un amague de inauguración, que fue suspendido porque faltaba un sistema de luces y no se había construido la vereda circundante. Finalmente la inauguración llegó, fue el 13 de marzo de 1927.
La obra de restauración debería estar concluida para abril de 2023. Entre aquellos trabajos de 2019 y estos, al fin una de las obras escultóricas más representativas de la Ciudad habrá recuperado todo su brillo.
FUENTE: Silvia Gómez – www.clarin.com