La esquina de Entre Ríos y Santa Fe no solo promete recuperar el esplendor que supo tener en el inicio del siglo XX, sino que además apuesta a hacerlo a través de la reconversión del Palacio Censi en un edificio sustentable que sea parte del cambio del centro rosarino. Así lo afirman los directivos de la empresa de agronegocios ALZ, que tiene varias patas en la ciudad y que en mayo de 2019 compró el inmueble para reconvertirlo en su primera casa propia. Y así también lo remarca Alejandro Beltramone, el arquitecto a cargo del proyecto de restauración en marcha y que propone, entre otras innovaciones, instalar en la terraza un espacio gastronómico accesible al público.
Con más de 1.400 metros cuadrados, pisos de entre 4,2 y 4,5 metros de altura, las plantas altas del edificio pasaron varios años desocupadas y el deterioro con el que se encontraron los nuevos dueños fue importante. El relevamiento para determinar el estado actual llevó dos años y de hecho Beltramone no dudó en afirmar que el diagnóstico del estado al momento de iniciar la obra en el interior, hace dos meses, fue “grave”.
En ese escenario y en el marco de una política pública impulsada por la Municipalidad para revalorizar el área central, pero sobre todo el microcentro, la apuesta de la firma rosarina toma relevancia más allá de la propia esquina.
ALZ nació en 2008 y hoy reúne a cuatro empresas vinculadas a los agronegocios, tuvo su primera sede en oficinas alquiladas sobre Corrientes y actualmente ocupa tres pisos de un edificio de Santa Fe al 1300. La esquina de Entre Ríos, a 50 metros de donde están hoy, será así su primera “casa propia”, dice Rodrigo Armas, su director financiero y uno de los dos accionistas rosarinos.
“Vimos en ese edificio la posibilidad de recuperar algo que se estaba viniendo abajo y que es parte del patrimonio de la ciudad, pero además como rosarinos debemos decir que nos gusta el centro, su actividad y aunque nos ofrecieron espacios más modernos y alejados, preferimos quedarnos acá; donde podemos armar una reunión en cinco minutos”, señaló Armas.
Aunque la inversión inicial fue importante, justamente el estado de deterioro del inmueble fue lo que les permitió acceder a comprarlo con un proyecto de obra que se extenderá por dos años y que conlleva un desembolso de por lo menos 240 millones de pesos.
Un tiempo de transición
La construcción de planta baja y tres pisos fue proyectada por el arquitecto Felipe Censi, un inmigrante suizo que aportó importantes edificios a la historia de la ciudad, como el actual edificio del Obispado de Rosario o el ex Colegio Santa Unión de los Sagrados Corazones, donde hoy funciona Facultad de Humanidades y Artes.
Es más, Beltramone adelantó que parte del equipo que llevará adelante la restauración de la fachada de las tres plantas serán quienes trabajaron en los últimos meses en la recuperación del edificio universitario.
Censi pensó para esa emblemática esquina del área central un edificio de rentas, con un gran salón comercial en la planta baja y varios niveles de viviendas, coronados con un mirador en la terraza. Un planteo clásico de la época cuando aun no existía la ley de propiedad horizontal.
Así como los edificios linderos, sobre el palacio rigen fuertes normativas de protección patrimonial. “Es junto con la mutual Española, que está enfrente, un conjunto urbano propio del inicio del siglo XIX donde el academicismo y el eclecticismo configuraban la fachada urbana de la ciudad”, señaló el arquitecto.
Es más, Beltramone consideró que la obra es parte “de un tiempo de transición, cuando así como este inmueble comenzaban a levantarse en los años 30 los primeros edificios que marcaron la vanguardia de la ciudad, como son el de Industria y Comercio (Santa Fe 1300) y la Comercial de Rosario (Santa Fe y Córdoba)” y que justamente, “fueron obras que llevaron adelante las compañías aseguradoras consolidadas en los años 30 a través del agro”.
Recuperación e innovación
Los trabajos comenzaron hace dos meses y por estos días terminó la demolición interna del edificio, que fue aprobada en el proyecto que tuvo el aval del Ejecutivo municipal y que también pasó por la comisión de Planeamiento del Concejo.
Este primer año de obra, detalló el arquitecto, será “para la adecuación del edificio en su estructura y de adaptación de las nuevas áreas dentro del perímetro del inmueble”.
En tanto, una segunda fase que llevará casi otros 12 meses se dedicará a la restauración de la fachada y al equipamiento interior de lo que serán las oficinas de la empresa.
“Aunque estaría exceptuado, definimos que hacia el interior el edificio se cumpla con todas las normativas de seguridad para la evacuación de personas, con lo cual se construirá un bloque de escaleras, ascensores y sanitarios, que es casi un edificio dentro del edificio, donde estarán todos los medios de escape”, describió Beltramone.
Hacia afuera, en tanto, se repondrán todos los ornamentos y detalles arquitectónicos pensados por Censi en el 1900, y hacia adentro se trabaja con “un concepto moderno de planta libre”, además de avanzar “sobre sistemas de ahorro de energía, jardines verticales, consumo eléctrico y una terraza verde”.
Es más, la terraza promete ser otra de las innovaciones. Propone ayudar a la regulación de la temperatura con la instalación de jardines y además el proyecto incluye la licitación de un bar junto a la cúpula que, lejos de ser accesible solo a quienes serán parte de la compañía, estaría abierto al público. Un empujón más para sostener la actividad en el microcentro.
FUENTE: Eugenia Langone – www.lacapital.com.ar