Miles de automovilistas cruzan todos los días el Riachuelo y sufren los embotellamientos y demoras por la insuficiente cantidad de pasos entre la Ciudad y el sur del GBA. Este jueves se abre un puente que aliviará en parte el problema: el Lacarra, que unirá Villa Soldati con Lanús. Hasta ahora, la única vía en esa zona para ingresar a Capital Federal era el Puente Alsina.
El puente será inaugurado formalmente a las 11.30 por el presidente de la Nación, Mauricio Macri, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. Después del corte de cintas, lo abrirán al tránsito.
La nueva conexión, rebautizada Puente Olímpico Ribera Sur, vincula la autopista Cámpora, en Soldati, con las avenidas Coronel Osorio y Manuel Castro, de la localidad de Lanús, en un municipio también gobernado por Cambiemos. La inauguración se había postergado varias veces, sobre todo por complicaciones derivadas de la lluvia, que retrasaron los trabajos. Su construcción del puente demandó un año y medio y más de $ 302 millones, que fueron financiados en parte con un préstamo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Se espera que el puente beneficie a los ocupantes de más de 300.000 vehículos todos los días, reduciendo sus tiempos de viaje a la mitad, según estimaciones del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte de la Ciudad, que impulsó la obra junto con AUSA. El calculo oficial estima que por allí circularán entre 700 y 800 vehículos por hora y por mano en horario pico, 20% de los cuales serían camiones.
Son 147 metros de largo -60 de ellos sobre el Riachuelo- y 23,7 de ancho, con cuatro carriles, dos por mano. En toda la traza hay luminarias LED con sistema de telegestión -para monitorear su funcionamiento a distancia- y señales viales horizontales y verticales. Por el nuevo puente pueden circular tanto vehículos livianos y transporte de pasajeros como tránsito pesado. Hay veredas a ambos lados de 1,80 metro de ancho cada una, y una ciclovía de un ancho de 1,50 metro.
Para que haya menos camiones en las calles y avenidas de los barrios, se creó además un distribuidor de 43,5 metros de largo del lado de Capital. Esto además facilita el ingreso de tránsito pesado a la Red de Autopistas Urbanas. Del lado de Lanús se creó una rotonda sobre la calle Coronel Osorio, al inicio del terraplén de acceso al nuevo puente, para unir ambas vialidades y la avenida Ribereña. A su vez, sobre la calzada del puente mano a Provincia, hay una rama de giro a la derecha para que los vehículos que vengan de la Ciudad puedan tomar la avenida de la Ribera Sur.
La ubicación del nuevo puente es clave: no sólo une la Ciudad y Zona Sur sino que además facilita la conexión directa con el Centro de Transferencia de Cargas (CTC), la Villa Olímpica y la nueva Terminal de Ómnibus Dellepiane, que aunque fue inaugurada en marzo del año pasado casi no recibe micros. También vincula el centro de Lanús con la autopista Cámpora, y permite empalmar con la 25 de Mayo, Perito Moreno o Dellepiane. Así se facilita otro acceso directo a las autopistas del Oeste y Riccheri desde el sur.
Este puente fue rebautizado “Ribera Sur” por los vecinos tras una consulta de Participación Ciudadana. La otra opción era “Edmundo Rivero”. Su denominación de puente olímpico se debe a que forma parte de la nueva infraestructura de los Juegos Olímpicos de la Juventud, como el Parque Olímpico y el Barrio Olímpico, el complejo de viviendas donde se hospedarán los atletas y que luego se convertirá en un barrio. De esa manera, el Gobierno porteño busca revitalizar el sur de la Ciudad.
“Este puente no se hacía porque antes no había el diálogo que hoy sí tenemos con María Eugenia (Vidal)”, había dicho el jefe de Gobierno porteño Rodríguez Larreta durante una visita a las obras en octubre del año pasado. Hace 40 años que los vecinos de la zona a ambos lados del Riachuelo esperan este momento.
A esas obras se suman el hospital Cecilia Grierson, el CTC, la revitalización del Autódromo Oscar Gálvez y su entorno, la puesta en valor del Estadio Mary Terán de Weiss, la obra hidráulica en la cuenca Larrazábal-Escalada, y la nueva sede del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat en el ex Elefante Blanco.
Al sumarse una alternativa para atravesar el Riachuelo, se espera que se descompriman otros cruces. Son los puentes Nicolás Avellaneda, Autopista Buenos Aires – La Plata, Pueyrredón, Bosch, Victorino de la Plaza y Uriburu (más conocido como Alsina), apenas seis mojones en la franja de 14 kilómetros de Riachuelo que separa el territorio porteño del bonaerense. Algunos permanecieron cerrados durante años y volvieron a abrir, otros fueron relevados por versiones más modernas; unos son usados por decenas de miles de personas y otros por sólo algunos cientos.
Uno de los últimos puentes en ser renovado es La Noria, que une la Ciudad con el partido de Lomas de Zamora. En octubre de 2017 se abrió el tramo hacia Capital del nuevo viaducto del puente, una obra que fue esperada por más de tres años. Con esa vía habilitada, el tiempo para cruzarlo desde el GBA hacia territorio porteño bajó de 40 minutos a sólo 90 segundos. Cinco meses antes habían inaugurado la mano hacia Provincia.
FUENTE: www.clarin.com