El escenario se presenta como ideal para los apasionados de las motos. En un área urbana muy joven, un edificio de unidades flexibles tendrá, además de los típicos amenities, ascensores para transportar sus vehículos hasta el interior de su departamento, un taller con herramientas de uso comunitario y un ambiente dedicado al lavado de motos con sus respectivos elementos.
“En realidad, no será sólo un edificio para fanáticos de las motos. Las pensamos como una característica adicional, porque el concepto es más amplio. Nos dirigimos a un público relacionado a la customización y el restyling de automotores. La idea fue hacer un departamento soñado y complementarlo con la posibilidad de subir la moto”, explica Hernán Nucifora, CEO de Global Investments.
El proyecto se tejió de a poco. GI es una de las 20 desarrolladoras que trabaja en Distrito Tigre Sur, un barrio de 44 hectáreas aledañas al canal San Fernando, de casas bajas, talleres y galpones. Desde hace un tiempo, el municipio convocó a empresas privadas con el propósito de “refundar” el área y darle una impronta artística e innovadora.
Pensando en un entorno que atraerá a un público de espíritu jovial, el estudio Álvarez- Grosso empezó a diseñar un edificio que se adapta al contexto. “Después surgieron las ganas de incluir a las motos, también inspirados en un negocio muy exitoso”, agrega Nucifora, quien se refiere a Camino Motor Coffee, un restaurante en San Isidro, propiedad de uno de los socios de la compañía. El local está ambientado con motos, bicicletas, murales, autos clásicos y carteles de ruta. A este panorama, la desarrolladora le sumó la estética de los lofts neoyorkinos, con montacargas en lugar de ascensores. Así nació Camino Building.
Para Nucifora, los vehículos son un fuerte atractivo del proyecto. “L as personas que tienen esta onda son capaces de comprar una moto de 50 mil dólares, por eso nos pareció bueno implementar algunas medidas para que puedan guardarla en su propio departamento”. Las unidades tienen ascensores más grandes que los convencionales, pasillos con anchos que permiten maniobrar y un carro para deslizar el vehículo hacia el interior de la propiedad.
El edificio tendrá 33 departamentos de entre 40 y 110 m2, más los espacios comunes. Nucifora imagina un público comprador mayoritariamente masculino (aunque admite que cada vez más mujeres forman parte de esta comunidad), de entre 25 y 45 años, single. “Queremos que el comprador se identifique con el proyecto sintiendo que está adquiriendo algo único y personalizado. Buscamos cumplirle no solo el sueño de la casa propia sino el tipo de vivienda con el que siempre soñó; apuntando no solo al amante de la moto sino a quien quiera compartir experiencias con personas de su mismo perfil. Lo social es muy importante en el proyecto”.
Camino Building lanzó la preventa con un valor del metro cuadrado de 2.300 dólares. La obra arranca en noviembre y estará terminado en 24 meses. Será, para la compañía, el primer ladrillo de un desarrollo mucho más amplio, que comprende otros rubros, como el gastronómico.
La intención es generar una serie de productos “Camino” para ese público específico. Pero además, en los planes está crear otros edificios para otras comunidades, también definidas por sus hábitos y gustos, y con una importante demanda. Uno de ellos podría ser edificios para mujeres independientes, que tendrán, por dar un ejemplo, vestidores más amplios.
Por lo pronto, para la comercialización de Camino se emplazará una sala virtual en un showroom en la localidad de Martínez, en el que el visitante podrá experimentar como es la vida en un “Camino”.
FUENTE: www.clarin.com