Puede ser una de sus frases: “La felicidad anida más en la nobleza de un bosque que en el lujo sin verde”. Pueden ser datos: en 1885 había unos 1.100 árboles en la Ciudad de Buenos Aires y durante su gestión en la Dirección de Parques y Paseos, entre 1891 y 1913, plantaron 150.000. O se puede recordar directamente su legado, una colección de paisajes preciosa: sólo en Capital diseñó 69 paseos públicos, entre ellos, los bosques de Palermo y el Jardín Botánico.
Así que sobran los motivos para homenajear a Carlos Thays (1849-1934), el paisajista que vino de Francia y transformó a la Ciudad. Es más, esos no son los únicos emblemas porteños que él impulsó. A comienzos del siglo XX, mandó a traer jacarandás desde el noroeste del país “por su valor estético y su adaptación al clima” y se convirtió en el precursor de Buenos Aires, la reina violeta -dado el color que tiñe a la Ciudad ahora que esa especie floreció-.
Por eso, en el marco de la Semana del Patrimonio que se celebra en Capital, se presenta la muestra Thays, una invitación a los sentidos. Buenos aires, diseño y paisaje en el Espacio Virrey Liniers (Venezuela 469). “Se trata de una exposición sobre los espacios verdes esbozados por el paisajista francés y por su hijo, Carlos León Thays -explica a Clarín el curador Esteban Leis-. Ellos imaginaron la ciudad del mañana en armonía con la naturaleza a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando Buenos Aires pasaba de ser una gran aldea a metrópoli moderna”.
La exhibición incluye planos y 33 fotografías de espacios verdes registradas durante la gestión de Carlos León Thays en la Dirección de Parques y Paseos porteña, que fue entre 1922 y 1946. “Presenta un recorrido en dos dimensiones -agrega Eugenia Moss, también curadora-. Por un lado, los documentos y, por el otro, una serie de intervenciones artísticas y botánicas”. Las plantas de la instalación de Algieri dominan la sala. Y además exponen otra instalación audiovisual del grupo Explozion, piezas digitales sobre la herencia que dejaron los Thays realizadas por las creadoras Anabella Cartolano y Gabee Varela y una pintura de Nuni sobre fotos urbanas.
Lo natural y lo digital, así dispuesto en el Espacio Virrey Liniers, termina por subrayar que Carlos Thays “pintó” cuadros con la naturaleza. Discípulo de Édouard André, director de Parques y Paseos de París, fue convocado en 1889 para realizar el Parque Sarmiento, en Córdoba, y nunca se fue del país. Le ofrecieron trabajo en Buenos Aires, se enamoró y se casó, y aprovechó para explorar el amplio y variado territorio argentino. De hecho, también trajo del norte tipas, lapachos, palos borrachos y ceibos, cuya flor se impuso como nacional frente a la de las tipas, su preferida, porque su etapa de floración dura más.
La historiadora Sonia Berjman, experta en paisajismo, lo remarca siempre. El trabajo de Thays tiene, como un sello, la elegancia y la armonía típicas de los jardines y parques neoclásicos franceses. Pero él no relegó lo autóctono. Hasta trabajó para impulsar la producción industrial de yerba mate. También por eso lo apodaron “el jardinero nacional”. Y en una revista de 1900 se lee: “Allí donde se encontraba un terreno utilizable, aunque fuera de menos de diez metros de ancho, allí, minucioso como un japonés, aparecía Mr. Thays con sus obreros, a transformarlo en umbría armoniosa”.
La exposición sobre los primeros Thays -la “dinastía” de paisajistas sigue hasta hoy- permanecerá abierta hasta el 16 de diciembre. Se puede visitar de martes a viernes de 10 a 19 y sábados y domingos de 13 a 19. La entrada general cuesta a $ 30.
La Semana del Patrimonio se realiza en conmemoración del Día Internacional del Patrimonio Mundial, que se conmemora el viernes 16 de noviembre. Sucede que ese día de 1972 se firmó en París la Convención sobre Patrimonio Mundial Cultural y Natural, es decir, la base para desarrollar, justamente, ese tipo de protección a los bienes culturales. Además de la exhibición, la propuesta para la Ciudad incluye charlas y visitas guiadas.
FUENTE: www.clarin.com