La ciudad de Buenos Aires está segunda en el ranking de las peores de América Latina en cuanto a la cantidad de metros cuadrados de espacios verdes por habitantes debido a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera saludable tener entre 15 y 20 y solamente hay cuatro metros cuadrado para cada uno de 3 millones de porteños. La falta de espacios verdes en la ciudad se incrementa año tras año y desde el 2007 ya se perdieron 300 hectáreas.
Mientras el Gobierno porteño asegura que en la ciudad hay seis metros cuadrados de espacios verdes por habitante –contando la Reserva Ecológica–, los especialistas denuncian que, en realidad, son un poco más de cuatro metros cuadrados por persona. Así, no se llega ni al mínimo aceptable de espacios verdes, aún contando plazas, parques, plazoletas y hasta canteros de pared, colgantes y bajo autopistas. La OMS asegura que los espacios verdes ayudan a conservar un ambiente saludable y prevenir enfermedades provocadas por la contaminación atmosférica, ya que el efecto negativo que produce esta falta de espacios afecta al medioambiente y desata consecuencias en la salud física, la salud mental y la sociabilización de los ciudadanos.
“Los espacios verdes públicos son fundamentales para la vida de una ciudad, tanto para la interacción social como para la salud. Es el único contacto con la naturaleza que tienen los habitantes urbanos. Además, es un lugar de gran interacción donde conviven pobres y ricos, no hay clases sociales”, explicó a PáginaI12 el abogado ambientalista Enrique Viale.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires asegura que aumentó en casi diez hectáreas los espacios verdes en 2017 en referencia al año anterior. Según datos oficiales hoy la Ciudad cuenta con 1837 hectáreas en total. Y aún así, no se llega a los metros cuadrados recomendables por habitante.
Según Viale debería haber entre quince y veinte metros cuadrados como mínimo por habitante, pero se está “muy lejos” de cumplir con esa cifra. “Hoy hay cuatro metros cuadrados y medio porque se está contemplando la superficie de la Reserva Ecológica. Si sacamos la reserva hay que restarle a ese cálculo un metro a cada porteño. Esto teniendo en cuenta que la Ciudad tiene 3 millones de habitantes, cuando en realidad la ciudad está permanentemente ocupada por 6 millones”, agregó.
Los especialistas aseguran que desde que el PRO administra la vida de los porteños se perdieron más de 300 hectáreas de espacio público. “Y seguimos perdiendo. Sólo en la Comuna 8 se sacrificaron más de 200 hectáreas en los últimos años de gobierno con el Barrio Olímpico, el Parque de la Victoria, el Parque de la Ciudad, el Club Guillermo Brown y el Autódromo”, contó el abogado ambientalista.
El Ministerio de Ambiente y Espacio Público asegura que hay 6,1 metros cuadrados por cada habitante de la Ciudad. Pero Viale aseguró que ese cálculo “no es cierto”
“Cuentan canteros, plantas colgantes, suman cualquier cosa, como los jardines de la Gral Paz que desde que la ensancharon ya no existen. Cuentan polideportivos que están concesionados, clubes de Amigos que no son de espacios públicos. La situación de la Ciudad en materia de conservación de espacios verdes públicos se viene perdiendo desde hace muchos años”, detalló.
Según un informe de la Dirección de Espacios Verdes, del ministerio de Ambiente y Espacio público, a cargo de Eduardo Macchiavelli, la Comuna con más espacios verdes es la 1, que comprende los barrios de Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat y Constitución con 1,84 hectáreas. Le siguen Palermo, con 1,38 hectáreas, y la Comuna 8 de Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano, con 1,31. La que menos tiene es la Comuna 3, Balvanera y San Cristóbal, con sólo 0,04 hectáreas.
“Están muy mal distribuidos los espacios verdes. La distribución es injusta y sumado a eso en el último tiempo hubo un proceso de privatización de espacios públicos espantoso. Se han privatizado más de 300 hectáreas de la Ciudad. La única forma de crear espacios verdes nuevos es sobre espacios públicos existentes, y si se privatizan se pierde esa posibilidad”, concluyó Enrique Viale.
Los espacios verdes regulan la temperatura y la humedad. Producen oxígeno y filtran la polución. Absorben los contaminantes, crean un aire más limpio y amortiguan ruidos. Almacenan carbono para contrarrestar las consecuencias del cambio climático. Además de ser un lugar de paseo, de relajación o de ocio y ayudar en el esparcimiento, en la prevención de enfermedades y el estrés, filtran el agua de las lluvias y funcionan como espacio absorbente para disminuir los riesgos de inundaciones. Eso en parte es lo que le aportan los árboles y los espacios verdes a las ciudades.
La población crece a grandes velocidades, la falta de planificación urbana se incrementa y afecta grave y directamente sobre los recursos naturales. De esos recursos dependen los ciudadanos para una buena salud y un mejor bienestar.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) las ciudades hoy ocupan un 2 por ciento de la superficie del planeta, pero se utiliza el 75 por ciento de sus recursos naturales. Y se estima que para el 2050 el 70 por ciento de la población mundial vivirá en ciudades.
Un desarrollo urbano sostenible, una conciencia responsable, una planificación inteligente, una búsqueda en pos de una mejor calidad de vida de los habitantes y políticas de Estado que controlen y trabajen para obtener los mejores resultados, hoy resultan fundamentales.
FUENTE: Gisela Marziotta – www.pagina12.com.ar