Los que por estos días recorren las dos cuadras de la avenida Santa Fe entre Ayacucho y Uriburu, no imaginan que la obra que se está realizando dentro de lo que parece un contenedor es casi una cirugía. Mientras el tránsito se alinea para pasar por un solo carril, los operarios de AySA están haciendo la delicada maniobra de insertar un caño moderno dentro de otro antiguo. Es como un “stent”, pero en este caso las arterias son los conductos pluviocloacales de la Ciudad.
Este sistema de trabajo comenzó hace más de dos años. Se trata de renovar caños que superan el siglo de antigüedad y son los ubicados en lo que se conoce como “Radio Antiguo”. El área abarca 1.850 hectáreas, lo que representa el 9% de la superficie de la Ciudad, y se extiende a través de los barrios de San Telmo, Monserrat, San Nicolás, Retiro, Barracas, Constitución, San Cristóbal, Balvanera y Recoleta.
El sistema de saneamiento de la Ciudad fue ideado por el inglés John Bateman en 1872, después de que las epidemias del cólera y la fiebre amarilla diezmaran a la población porteña. Pero muy pronto, ese primer sistema ya no alcanzaba. Buenos Aires pasó de 180 mil habitantes en 1860 a un millón para principios del 1900. Por eso, en los años 20 se puso en funcionamiento una segunda red y a fines de los 40, una tercera.
Hoy, los caños históricos siguen transportando las aguas negras a través de 25 kilómetros, hasta una planta en Wilde que las trata y las libera en el Río de la Plata. Los conductos más pequeños son de terracota esmaltada, otros más grandes están hechos de ladrillos y los de mayor envergadura, de cemento armado.
Para llevar a cabo los trabajos, la empresa estatal desarrolló un sistema similar a la colocación de un stent en las arterias de un cuerpo humano: se inserta una tubería de PVC nueva, dentro de la existente. Es una tarea manual, artesanal, que no requiere abrir zanjas a cielo abierto.
Se estima que la renovación de las cañerías beneficiará a un millón de vecinos. Los trabajos se hacen en verano porque hay menos tránsito. Y en AySA aclaran que los trabajos no afectarán la prestación de los servicios de agua potable y desagües cloacales.
Las obras demandan un mes por cuadra. Ahora están trabajando en la avenida Santa Fe, entre el 2000 y el 2100; en Brasil al 600, entre Perú y Chacabuco, y en dos cuadras de la avenida Entre Ríos: al 900, entre Estados Unidos y Carlos Calvo, y al 100, entre Cochabamba y Constitución. En todas estas arterias hay carriles reducidos, aunque en la calle Brasil el corte es total. En AySA calculan que los trabajos estarán terminados en 20 días.
FUENTE: www.clarin.com