Como una cicatriz, la autopista 25 de Mayo divide a la Ciudad desde San Telmo hasta Parque Avellaneda. A su sombra, los terrenos bajo esa vía rápida quedaron como espacios casi muertos, apenas aprovechados por garajes, depósitos y, en menor medida, clubes de barrio. Una ley podría empezar a cambiar esa imagen: la Legislatura porteña aprobó este jueves en primera lectura un proyecto para concesionar 75 de esos lotes, con la idea de que se instalen comercios a escala barrial. También, se abrirían veredas, pasajes y espacios públicos en esas manzanas. Y además avanzarían con una vieja deuda que mantiene Buenos Aires con sus vecinos y los turistas: quienes ganen las licitaciones tendrán que habilitar baños públicos y hacerse cargo de su mantenimiento.
El proyecto obtuvo 41 votos a favor, 17 en contra y una abstención. Se basa en una iniciativa del Ejecutivo y en proyectos anteriores de algunos legisladores. Ahora deberá ser discutida en una audiencia pública y votada en segunda lectura para su sanción definitiva. En el bloque Vamos Juntos confían en lograrlo antes de fin de año.
“El objetivo principal es recuperar los espacios bajo autopista e integrarlos a la trama urbana. Es un paso más en la puesta en valor de diferentes espacios de la Ciudad para el uso y disfrute de los vecinos. Este nuevo desarrollo mejorará además la circulación tanto vehicular como peatonal”, explicó Francisco Quintana (Vamos Juntos), vicepresidente 1° de la Legislatura porteña.
La idea es empezar por la 25 de Mayo, y si la medida es exitosa se replicaría bajo las otras autopistas. Claro que el recambio se hará con condiciones. Primero, no habrá desalojos, sino que los predios se irán liberando a medida que caduquen los permisos que tienen sus actuales ocupantes. Tampoco se tocarán las instalaciones que hoy aprovechan los clubes de barrio, ONG o asociaciones de jubilados.
Además, si algún privado quisiera poner canchas de fútbol 5 u otra instalación deportiva (lo que es bastante común), deberá ceder cierta cantidad de horas para que las usen los alumnos de las escuelas del barrio.
Otro de los objetivos principales es que los terrenos bajo autopista dejen de ser barreras urbanas, sin conexión con el resto del barrio. La idea es, por un lado, que ya no se permita la instalación de garajes o depósitos. Por el otro, abrir los bajo autopista con pasajes peatonales, veredas y sectores verdes, para que sea posible atravesar la manzana caminando o en bicicleta. También mejorar la iluminación, pintar murales e incorporar bancos y mobiliario urbano.
“La mayoría de los bajo autopista quedaron en desuso o se convirtieron en depósitos, deviniendo en lugares oscuros e inseguros. Buscamos revitalizarlos e integrarlos a los barrios”, aseguró Diego García Vilas, legislador de Vamos Juntos y uno de los impulsores del proyecto.
Pero una de las principales novedades será que, a cambio del permiso para instalar un comercio, quien gane la licitación deberá construir baños públicos y hacerse cargo de su mantenimiento. Deberán ser sanitarios a la calle, de acceso directo, y no dentro del local. Y tendrán que permanecer abiertos al menos durante el mismo horario en que funcione el establecimiento.
La falta de baños públicos es un problema que Buenos Aires arrastra desde hace años. Hoy no hay sanitarios en las calles, y en parte por eso sigue siendo común ver a gente orinando en las veredas, sobre todo detrás de los contenedores de basura. En algunos parques y plazas hay baños químicos, pero muchos vecinos los rechazan porque quedan sucios, huelen mal y afean al barrio, además de que son frecuentemente vandalizados.
De acuerdo a la ordenanza N°46.798, promulgada en 1993, los bares, restaurantes, estaciones de servicio y otros establecimientos de acceso público deben permitir a cualquier persona el uso de los sanitarios. Pero muchos los reservan para sus clientes. En tanto, las estaciones de subtes y trenes sí tienen baños, pero suelen estar clausurados o mal mantenidos. Con una buena excepción: las recientes obras de recuperación de los edificios de Retiro y Constitución incluyeron la reparación total de los sanitarios, que dejaron de ser los lugares desagradables que fueron durante décadas.
La carencia de estos servicios es tal que muchos guías de turismo les advierten a los extranjeros que no cuenten con esa opción. En ese sentido, Buenos Aires está bien lejos en la comparación con otras grandes ciudades del mundo, donde abundan los baños públicos (aunque es común que haya que pagar para usarlos).
Pese a esto, los proyectos para abrir sanitarios públicos nunca avanzaron. Uno de los últimos intentos fue en 2012: el legislador Oscar Moscariello (hoy embajador en Portugal), propuso abrir sanitarios con aranceles muy bajos. Pero aunque era parte del oficialismo, la iniciativa no prosperó.
FUENTE: www.clarin.com