A contextos sociales difíciles, soluciones simples. Con una arquitectura pragmática enfocada en las necesidades del lugar, el Polo Educativo Mugica (Barrio 31) quedó inaugurado el 12 de junio como uno de los eslabones fundamentales de un proyecto más integral de urbanización y mejoras en estas áreas relegadas.
Polo Mugica es el conjunto educacional más grande de la Ciudad, con cerca de 22.000 m2 que desde el 12 de junio está en pleno funcionamiento. A comienzo de año fue el turno de Papa Francisco, que actualmente recibe a 420 alumnos sólo en el nivel primario.
Localizado sobre un borde del Barrio 31 y frente a la estación terminal de larga y media distancia de la Estación Retiro, el PEM, como se conoce al conjunto Mugica, reemplaza a un viejo establecimiento de tipología escuela-rancho. Su superficie alcanza los 226 metros de largo y trepa a una altura de 12 metros, en donde se agrupan una escuela de nivel inicial, primaria y media. Estas dimensiones se justifican por el creciente aumento de la matrícula y la necesidad de ofrecer continuidad escolar; motivos que se sumaron a la búsqueda de una estructura adecuada a las circunstancias pedagógicas actuales.
Al conjunto se accede a través de una peatonal desde la calle Letonia, antes utilizada como estacionamiento de los tribunales de Comodoro Py. Desde las calles y avenidas linderas, la obra impacta por su escala y se identifica a primera vista con la imagen de la sigla “PEM” tallada en enormes letras en la fachada lateral de la Escuela Media, que es la primera en percibirse desde afuera del predio.
Pintadas en rojo, las superficies a la vista del núcleo de circulación vertical refuerzan visualmente esta primera imagen que identifica al conjunto, desde la ciudad y a modo peatonal. En las escuelas Inicial y Primaria se repite la idea de un color diferente por cada núcleo, de modo de generar un juego visual lúdico y llamativo. Los colores se reiteran, además, en algunas partes de las fachadas principales.
Los interiores de las nuevas escuelas de la Ciudad se definen con un módulo de 7×7 coincidente con el estructural, medidas consideradas adecuadas para crear superficies cómodas para cada aula más un espacio integrador en torno al cual se agrupan cinco de ellas. Así, los espacios creados, tanto para aprendizaje como para reuniones y juegos, son amplios y muy luminosos.
En la Inicial, algunos sectores como el comedor de 250 m2 o las aulas de planta baja cuentan con aventanamientos horizontales continuos en la parte superior y en las paredes que dan al patio integrador, a través de los cuales ingresan grandes caudales de luz natural. En la parte inferior, ventanas de 60 x 60 cm se alternan aleatoriamente y generan un juego dinámico en la fachada, mientras que en el interior otorgan juegos de luces y sombras. En los pisos más altos, en donde se encuentran un sum intermedio y uno principal (140 y 200 m2 respectivamente) y la biblioteca de 180 m2, las ventanas ocupan casi toda la superficie de fachada, en las que se combinan paños fijos y móviles que dan paso a la luz, filtrada por parasoles.
En esta escuela para niños muy pequeños y en niveles iniciales, el elemento principal de conexión es una rampa de casi 30 metros que coincide con el largo del patio central y descubierto. De este modo, las visuales se relacionan siempre hacia un lado con el exterior; y hacia el otro, con los espacios de circulación y reunión dentro del edificio. Planteado en forma de herradura, este edificio se presenta simple en funcionamiento y colorido y luminoso en su aspecto.
La escuela Primaria, por su parte, se desarrolla con una doble herradura que forma, a su vez, dos patios. Con el objetivo de brindar espacios de recreación de gran luminosidad, ambos edificios presentan expansiones hacia los cuales, en algunos casos, balconean los pisos superiores.
La Escuela Media se localiza en el borde del lote, casi sobre Avenida Antártida Argentina, con formas irregulares que requirieron de un esfuerzo de adaptación. Aunque se repite el mismo módulo estructural-funcional y el mismo patrón de aulas y espacio común de reunión, en este caso no hay grandes patios y se concentran las aulas -de cantidad mucho menor- en el primero y segundo pisos. En el tercero se congregan las salas de actividades especiales, radio y teatro, que pueden integrarse a un amplio sum por medio de tabiques plegables que ocupan todo el ancho de la sala.
Los aventanamientos en las aulas siguen el mismo patrón que las dos escuelas de niveles inferiores, de modo de proyectar una imagen homogénea y recibir luz natural durante la mayor parte del día.
El modelo para el futuro
El plan Nuevas Escuelas parte de tres premisas: Libertad de uso, Interacción urbana y Actualización técnica, cualidades que se pusieron en práctica en Papa Francisco, en Avenida Escalada al 3800. El contexto urbano de este establecimiento requirió de la intervención de dos organismos: el Ministerio de Educación e Innovación y la Secretaría de Proyectos del Ministerio de Desarrollo Urbano de la Ciudad. Hace unos años, el sitio había sido usurpado y desalojado, y por evidencias de contaminación quedó en desuso durante mucho tiempo. La ejecución de este primer edificio funciona como la piedra fundamental de un proceso de reconversión integral, urbano y social.
Aun cuando el entorno inmediato se encuentra en plena obra del Proyecto Integral de Re-urbanización (PRIRU) se destacan dos espacios: por un lado, lindando con la vereda de acceso desde Avenida Escalada, un patio descubierto enmarcado por mallas metálicas semitransparentes, en donde los alumnos juegan seguros. Por el otro, sobre el lado opuesto del lote, un patio interno de 80 m2 de superficie destinado para recepción del alumnado y espera de los padres, con cerramientos semitransparentes hacia la calle. Este espacio-fuelle libera el espacio público y al mismo tiempo define un área de encuentro con las familias.
En los tres primeros pisos se desarrollan tanto las clases regulares como las especiales, una versatilidad que sigue el precepto “libertad de uso”. Las aulas, cuyos espacios son mucho más altos que los tradicionales, se vuelcan y agrupan en torno a una única área de 400 m2 que se utiliza para la congregación, juego y descanso de los niños.
Las aulas presentan un sistema de aventanamientos que ofrece visuales hacia el cielo y permiten la entrada de luz natural, mientras que regula la privacidad y limita la distracción. En la parte superior, sin cortes con el cielo raso, una tira continua de paneles de vidrios fijos recorre todo el perímetro de cada aula, lo que también permite la conexión visual y llegada de luz natural hacia el patio interno integrador.
Todos los espacios de cada piso cuentan con un cielo raso acústico en donde también se encuentran los puntos de inyección de aire frío/calor. Detalles como el ajuste a la normativa vigente de accesibilidad plena, incorporación de ascensores para personal docente, una terraza de 500 m2 acondicionada para usos deportivos, cocinas de regeneración y comedores con amplias visuales hacia el exterior conforman la actualización técnica y completan una nueva tipología funcional escolar.
FUENTE: www.clarin.com